Desde luego que las ciudades del antiguo Israel, el Israel de los reyes David y Salomón, no destacaron precisamente por su grandeza, especialmente si las comparamos con urbes como Persépolis, Babilonia, Tebas, Atenas, Roma, etc. No, las ciudades que se ubicaron en territorio de Israel (Canaán) fueron más bien pequeñas, eso sí, algunas de ellas amuralladas, y de entre 10.000 y 15.000 habitantes como mucho.
Por ejemplo, tuve la oportunidad de visitar en Israel las ruinas de una ciudad famosa llamada Jericó, a simple vista ya se ve que no era demasiado grande. La Biblia informa que una parte del ejercito israelita de los días de Josué dieron una vuelta entera a la ciudad durante los primeros seis días de aquella semana, pero que al séptimo día de asedio dieron siete vueltas a la ciudad y todavía dispusieron de luz para asaltar la ciudad y conquistarla en el mismo día. Para conquistar la siguiente ciudad vecina de Jericó que se llamaba Hay, Josué solo desplazó 10.000 hombres, lo cual ya nos da una idea de que se trataba de una ciudad pequeña, y de forma parecida todas las demás ciudades de Canaán, todas las demás ciudades de Canaán menos la norteña Hazor según informan los arqueólogos. En los momentos de la conquista de Canaán por parte de los israelitas hacia los años 1470 antes de Cristo ni siquiera existía todavía una ciudad llamada Jerusalén, parece que en esos momentos esta ciudad solo era un pequeño núcleo poblado y nada más que eso.
Sí, al parecer la norteña Hazor fue la ciudad más grande contra la que se tuvo que enfrentar Josué, eso al menos es lo que dicen los arqueólogos. El arqueólogo Dr. Yadin dice que esta ciudad tenía aproximadamente unas 60,7 hectáreas, mientras que la Jerusalén de los días del rey David solo tenía una extensión de 4,04 hectáreas de extensión, y la renombrada ciudad fortaleza de Israel conocida con el nombre de Meguidó tenía una extensión de 6,07 hectáreas. Como vemos, en general las ciudades que había en Canaán fueron pequeñas, con razón la misma Biblia dice lo siguiente de Hazor: “… Hazor era la cabeza de todos estos reinos (reinos de Canaán)”, Josué 11:10.
Jerusalén, como gran ciudad, solo alcanzó verdadera importancia en la época romana, pues según el historiador judío Flavio Josefo, durante el asedio de las legiones romanas en el año 70 de nuestra era Jerusalén estaba albergando 1.200.000 personas aproximadamente.
La deducción que me parece más lógica de todo esto, es que ciudades de la época de los reyes israelitas no destacaron por su tamaño y por su magnificencia, salvo algunos edificios como los palacios y
templo que se construyeron dentro de Jerusalén, y precisamente por su “pequeña” extensión no costó demasiado que desaparecieron durante las muchas guerras e invasiones que ha sufrido la pequeña franja territorial que ocupa la nación de Israel, solo nos quedan los testimonios escritos en la Biblia y poco más.
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