Otros Vestigios y Testimonios...sobre YEMEN.

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Otros vestigios, testimonios y aventureros sobre Yemen y la antigua RUTA del Incienso, Mirra y Especias bajo la influencia del Reino de Saba.

La aventura de Malraux sobre Yemen, es la primera, en tiempos modernos, en testificar en pro de la veracidad de la leyenda de la existencia de Saba.

Recordareis que la aventura por su descubrimiento se inició con los informes sobre ella, en los registros de Agatárquides de Cnido, en su obra geográfica del s.IIº a.C., solicitada por deseo expreso de Ptolomeo Vº y que se completaría con la detallada Cosmografía, del s.IIIº d.C., de Claudio Ptolomeo: de las decenas de asentamientos, puertos y enclaves, que registraría en su mapa, actualmente no han sido ubicados todavía, la gran mayoría.



La aparición del manuscrito llamado "Periplo del Mar Rojo, vendría a confirmar la existencia de la mítica Ruta de las Especias, asentada sobre los míticos trazados, más antiguos, bajo influencia sabea.

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Ibn Battutah, durante los años 1325 hasta 1354, recorrió todas las tierras orientales, conocidas y desconocidas, muchas prohibidas y violentas, en un gran periplo humano. En 1.326, después de visitar Alejandría, Jerusalem, Damasco y Aleppo, decide viajar hasta La Mecca...donde le hablan de la Ruta del Incienso, Mirra y Especias.
Embarcado en las rudimentarias dhows alcanzará la ciudad portuaria de Adén y desde allí, aprovechando los vientos propicios del monzón, alcanzará el cono sur de África: Mombassa y Mogadiscio (Kenia), descubriendo un mundo totalmente ignorado por sus contemporáneos.
A su regreso de África, se embarcará de regreso alcanzando Ormuz, en el actual Omán, recorriendo - y siempre con alto riesgo de su vida- los últimos enclaves construidos sobre los puertos y asentamientos caravaneros árabes de la mítica Ruta de los Tesoros.
Y dejará su testimonio sobre ellos, y para todos nosotros, en el gran libro sobre su viaje.
Un viaje sólo comparable, en tiempo y extensión, al protagonizado por el comerciante veneciano Marco Polo, entre los años 1.271 - 1295.

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Más contenido...más ilustraciones...

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En 1.589, dos jesuitas españoles: Antonio de Monserrat y Pedro Páez, que regresan del actual Afghanistan, naufragan antes las costas yemeníes. Navegaban con destino a las más apacibles tierras de Abissinia -la actual Etiopía-, para ejercer su doctrina evangélica. Apresados, son conducidos al igual que esclavos, hasta el oasis de Tarim, en la región del Hadramut. Tras las penalidades de la marcha, sin embargo, y después de ser interrogados, serán considerados huespedes de honor, por el actual cadí, que gobierna la región.

Antonio de M.y Pedro Páez, tendrán la ocasión de ser testigos visuales de los sucesivos asentamiento míticos de la Ruta del Icienso, Mirra y Especias, por donde transitan y que jalonan su posterior viaje caravanero hasta Sana´a- la capital-, donde son re-conducidos para que el Pachá gobernante del Sultanato, decida por su destino.
Durante los 6 años siguientes, serán hospedados y recluidos bajo vigilancia, con la prohibición expresa de abandonar la región. Los jesuitas tendrán la oportunidad de descubrir y conocer la zona, durante su prolongada y "aparente" cautividad, al modo que las mentes inquietas e ilustradas: estudiando de forma antropológica el carácter y la idiosincrasia de sus gentes.

Del mismo modo, son considerados en alto grado de estima, cuando se les requiere para ejercer como "asesores" ante el Sultán...pero se saben utilizados como "moneda de cambio" y/o intercambio, ante posibles conflictos con los infieles. Como así se demuestra, cuando Felipe II, Rey de España, en el año 1.600, otorga los dispendios económicos para lograr la liberación de los religiosos españoles: mil coronas.

De esta manera, con la libertad recuperada, se trasladan a Goa, en La India occidental, la misión jesuita más próxima. Juntos intentan restablecer su salud...pero Antonio morirá seis meses después.
Sin embargo, Páez, más joven y fuerte, re-iniciará su vida y su labor cristiana alcanzando su destino truncado anteriormente: Abissinia, dónde retomará una labor apostólica intensa y fructífera: edificando nuevas iglesias y misiones, bautizando en la fe de Cristo y hasta incluso traduciendo el catecismo al idioma Geez, de los abisinios.
Y cómo cenit álgido de su existencia, en las cercanías del Lago Tana: se convertirá en el primer occidental en descubrir las Fuentes del Nilo Azul

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En nuestro particular recorrido por la costa meridional arábiga: YEMEN y OMÁN...Más.

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Y más...más vestigios sobre la zona a estudio.

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Otras imágenes sorprendentes...de la civilizada herencia del Reino de Saba, a través de los siglos, sobre la misma franja marítima del Sur arábigo...

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En 1.763, la expedición danesa comandada por Carsten Niebuhr, y junto a otros científicos, recorrería por completo y durante 4 años, las tierras del Yemen actual. Durante el periplo no se verían afectados por la hostilidad y las dificultades que, décadas más tarde, afectarían a las posibilidades de recorrer el país, prácticamente a su libre albedrío. Su narración contenida en su famoso Libro de Viajes, también contendría sus apreciaciones sobre Egipto y sus lugares más emblemáticos ( como Guiza y Saqqara) y sobre las posibilidades de navegación entre los puertos comerciales del Mar Rojo.

El contenido científico y antropológico de los numerosos capítulos de su obra, le confirió un merecido reconocimiento entre los ilustrados de su época, muy superior al otorgado a otros típicos "cuadernos de viajes" de turistas y aventureros.
De hecho, el propio N. Bonaparte consideraba al libro de Carsten como uno de sus preferidos de consulta, de entre todos los considerados previamente, en su futuro desembarco en Alejandría.

Carsten, que tampoco se circunscribiría tan sólo a Egipto, Arabia y Yemen, continuaría su expedición embarcándose hasta La India, para luego continuar navegando e internarse por el Golfo Pérsico, recorrer parte de la Ruta de la Seda y alcanzar, en caravana beduína Damasco, desde donde iniciaría su camino a su Dinamarca natal. Por todo el compendio de apuntes y descripciones de las civilizaciones que recorrió, este amplio estudio cartográfico y antropológico que encierra su obra, re-descubrirá estas zonas para todo el mundo occidental.

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El médico francés, Joseph Arnaud, destinado en el Hejaz arábigo, inició en 1.843 una aventura arriesgada, estimulada y motivada por los testimonios que escuchaba de los beduinos caravaneros a los que trataba de sus dolencias.
Arnaud, tras su escepticismo inicial y tras comprobar la similitud existente de unos relatos con respecto a otros, tomará como verídicos los relatos que le hablaban del mítico Reino de Saba.

J. Arnaud, imposibilitado, como cualquier otro no-musulmán, de recorrer libremente los territorios alejados de su demarcación, viajaría hasta el sur del cono arábigo disfrazado de vendedor beduino de cirios, acompañado tan sólo de un asno hermafrodita, que haría las delicias del sorprendido público árabe. La aventura de Arnaud culminaría felizmente identificando al final de su viaje, el palacio de la reina Belquis (nombre real de la mítica reina de Saba) en la mismísima ciudad de Marib; quedándose más que maravillado por los vestigios fabulosos de aquella civilización, bastante más superior y evolucionada que la que mostraban sus actuales moradores.

Ayudándose de betún, logró impregnar sobre papel más de 40 ejemplares de escritura de las estelas y registros del lenguaje sabeo, como prueba más que suficiente, de la existencia real de aquel reino, tan rebatido siempre entre leyendas indemostrables de las fuentes clásicas. A su regreso al Hejaz arábigo, ciego por los efectos de la radiación solar, tan sólo pudo re-construir en arena, con sus propias manos y según recordaba de memoria, las características del Palacio del Sol, hoy aún en pie afortunadamente, no se sabe por cuánto tiempo.

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Más restos contemporáneos y relacionados con el Mítico Reino de Saba: El reino Nabateo.

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OTROS TESOROS arqueológicos relacionados con el Mítico Reino de SABA...