Las vísceras, una vez extraídas del cuerpo del difunto, se lavaban y embalsamaban. Después se depositaban en cuatro jarras que representaban unas divinidades llamadas Hijos de Horus, las cuales las protegían de la destrucción.
Estas jarras, con tapa en forma de hombre, de mono, de chacal y de halcón, se conocen como vasos canopos.
Los vasos canopos se introducían en una caja que, en el cortejo fúnebre, era arrastraba por un trineo.
¿Quién adivina qué guardaban en cada uno? ¿En el Amset? ¿En el Duamutef? ¿En el Hapi? y ¿En el Kebsenuf?