Yo no he tenido la suerte de visitar Abydos en mis viajes a Egipto, pero imagino que quienes sí lo han podido hacer habrán ido para ver todos los grabados aunque sea con el rabillo del ojo, concretamente los enigmáticos
jeroglíficos de los “aviones”.
Parece que la arqueología oficial se ha decantado definitivamente por una explicación “razonable” en cuanto a los famosos grabados de Abydos, sí, aquellos en los que a simple vista parecen verse unos aviones y un tanque. Con la historia en la mano, lo primero que pasa por nuestras cabezas es que esas supuestas imágenes son imposibles para la época en que se piensa que se escribieron los
jeroglíficos. La razón nos dice que no, que aquellos grabados no pueden ser aviones de ningún modo. Los expertos en egiptología han buscado una explicación creíble: dicen que allí había unos signos originales, y que más tarde los funcionarios de Ramsés II sobrepusieron encima otros signos diferentes, dando como resultado lo que nosotros podemos contemplar hoy, sí, algo que parecen aviones de nuestros tiempos. ¿Es eso mismo lo que también vieron los escritores originales? Porque si ese es el caso, nadie que no fueran los grabadores podría saber lo que antes se decía ni lo que ahora se decía, y entonces ¿qué utilidad tenían aquellos “garabatos” para todos los que alguna vez entraran en el
templo a adorar durante los siglos venideros?
Por otro lado, cuando algún faraón o funcionario borraba lo escrito por antecesores para escribir cosas nuevas la pared se alisaba borrando cualquier trazo anterior. ¿Se conoce algún caso más semejante al caso de Abydos, es decir, una escritura posterior sobrepuesta a la anterior sin haber borrado la anterior? ¿Tan poco cuidadosos fueron los escribas de los grabados de Abydos, que simplemente dejaron unos raros signos de difícil lectura? Lo que también me llama la atención de esos grabados, es que ambos textos se fusionaron solo en aquellas partes que ahora nos llevan a la confusión, pero que los demás trazos sobrantes desaparecieron, ¿cómo puede ser eso?
Ahora acabo de imprimir en mi impresora un pequeño texto. He cambiado algunas letras y he vuelto a imprimir encima, en el mismo sitio. Esta segunda vez la hoja ha entrado un pelo movida de sitio, y el resultado es un texto más de la mitad del cual es ilegible, y eso que en ambas ocasiones el texto era prácticamente el mismo. Insisto: ¿fueron tan poco cuidadosos los antiguos escribas egipcios, que también les salieron los
jeroglíficos como movidos? Yo cojo el folio y lo tiro a la papelera, pero ellos no podían coger aquel capitel y tirarlo a la basura, aquellos eran unos signos para la eternidad. ¿Conocéis, compañeros del foro, alguna otra explicación razonable para este caso?
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