Sistema Judicial Del Antiguo Israel

[Luis Marcos]

No son pocas las personas que cuando oyen hablar del sistema judicial del antiguo pueblo de Israel enseguida piensan en aquello de “ojo por ojo y diente por diente”, lo cual solo enfatizaba que a un delito le correspondía un castigo proporcional, no desmedido en más o en menos. Esto no era en menoscabo de los derechos del individuo, sino que era para compensar debidamente a la víctima del delito y aleccionar a quienes tuvieran ideas delictivas en el futuro. Pero ¿qué sucedía cuando en una pelea un individuo mataba a otro, o en el peor de los casos, cuando un hombre daba a otro un golpe de muerte involuntario como podía suceder al talar árboles y que se escapara el hacha dándole al de al lado? ¿Cómo se garantizaban los derechos del asesino involuntario?

La Ley de Moisés era la garante de todo el sistema, y de ningún modo era una ley insensible o dogmática, pero mientras no se demostrase lo contrario el asesino involuntario era merecedor de castigo por parte del “Vengador de la sangre”, el cual era un pariente próximo del fallecido que estaba facultado para pagar igual por igual. En la Biblia no se indica cuántas veces entró en funcionamiento este sistema, pero sí que se dice con toda claridad qué tenía que hacer aquel individuo que accidentalmente matara a alguien, y que no quería ser muerto por el pariente del fallecido.

Desde el principio la Ley de Moisés ya previó qué hacer en estos casos. Cuando se repartió la tierra de Canaán después de ser conquistada por el pueblo de Israel, se distribuyeron convenientemente por todo el territorio 6 ciudades de refugio a las que podía acudir cualquiera que hubiera matado a otro, estas ciudades mencionadas por nombre en la Biblia son: Quedes, Golán, Ramot-Galaad, Siquem, Bézer y Hebrón.

Supongamos que en el bosque se producía un accidente y alguien mataba a alguien, el asesino involuntario tenía que correr a la ciudad de refugio más cercana a él y entrar en sus términos, los cuales incluían todos los campos alrededor de la ciudad. Una vez hecho esto el llamado “Vengador de la sangre” ya no tenía autorización para castigar con la muerte al asesino de su familiar. Pero el asesino involuntario no quedaba así a salvo y ya está, no. Ahora el consejo de ancianos de esa ciudad investigaba el caso, y si realmente hallaban culpable al individuo que se había refugiado en la ciudad simplemente lo echaban de la ciudad exponiéndolo de ese modo a la mano ejecutora del pariente del asesinado. Pero ¿y si no era culpable?

Si después de haber sido estudiado el caso por los ancianos de la ciudad, los cuales se apoyaban en la Ley de Moisés, el refugiado era verdaderamente inocente este debía de permanecer a salvo dentro de la ciudad incluidos los campos alrededor de la misma, esto último era de ese modo para que el individuo pudiera trabajar y ganarse el sustento. ¿Por cuánto tiempo tenía que permanecer el homicida involuntario en esa situación? Tal persona solo podía abandonar su forzado confinamiento una vez que muriera el Sumo Sacerdote de la nación, y eso podía suceder en poco tiempo o en mucho. ¿Y por qué una exigencia tan dura para con el homicida involuntario? Porque después de todo sangre inocente había sido derramada, y eso era una cuestión sagrada en Israel. Al homicida involuntario no se le encarcelaba, no le llenaban de grilletes, de ese modo no hubiera sido útil a la comunidad que lo había acogido, esta persona tenía que trabajar por su propio bien y por el de la comunidad que lo estaba “hospedando”, y dentro de los limites de esa ciudad podía seguir desempeñando su vida familiar sin que nadie lo recriminara en lo más mínimo.

Tema aparte. En el antiguo Israel no existían ONG, no habían subsidios, no existían las casas de acogida para gente sin recursos, pero pobres o personas caídas en desgracia las había y no eran pocas que digamos. ¿Qué preveía la Ley de Moisés en estos casos? ¿Cómo se garantizaba el sustento para todos aquellos que lo necesitasen? De esto hablaré en otro momento si me lo permitís.