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  #1  
Antiguo 14-05-2007, 19:59:56
shukran_habibi shukran_habibi is offline
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Predeterminado relato de un viaje

lo he encontrado por ahi, pero me gusta tanto que no he podido evitar colgarlo aqui.

Los factores parecen conjurarse en un despropósito: analizo en la batalla por sobrevivir un derecho quebrantado. La presión del entorno ejerce sobre los habitantes el oficio regulador de su expansión -la tecnología del arado y la irrigación, mediante cuencos atados a los balancines, no logra arrancar la productividad necesaria a los campos. El desierto y las montañas enmarcan el espectáculo insólito de los huertos y el cauce: el dominio seco y muerto mantiene en su puño apretado la grata brisa en las riberas y en el medio peculiar de las márgenes, se ensanchan los efectos de los límites gracias a los lechos inundados. En los lugares donde no se practicaron canales, las consecuencias se manifestaron reducidas, y la arena tomó inmediatamente el relevo del verde ceñido -en el poblado Nubio al Oeste y más aún a poca distancia al Sur, en el declive de las tumbas de sus nobles. Desde luego que lucho contra la inclinación primitiva por hermanar mi conciencia con los hechos particulares -de los muchos que impresionaron mi retina nutro la abstracción.
Cubrimos el trayecto de Luxor a Assuan a escondidas del Nilo: Esna, Edfú y Kom Ombo -de la fachada del templo nos asomamos a su borde. Una sola parada en mitad del camino del autobús local aligera muy brevemente la incomodidad del largo viaje en pie y sumamente restringido de espacio. Retengo la estampa de los rústicos que, sentados bajo un enorme entoldado en unos bancos de respaldo recto y retirado de las patas delanteras, exhiben su cansancio hereditario; las miradas fijas que descubrí en sus ojos perdidos no dejan oír una queja -el refugio defiende a los fellahs del rigor en el corazón de la tarde y demarca una parcela más personal que la inmensidad del derredor colectivo y vacío castigado por el peso del sol. Protegidas por una escasa umbría de ramas, un par de tinajas aguardan al que acierta a pasar cerca; de su fondo cónico extraen el preciado líquido con que desagravian del ardor sus gargantas; observé a algunos descabalgar del asno y recoger por unos instantes un trozo de aquella atenuación -sosiegan sus pupilas- ¿no señalé a mis compañeros que el estribo lo compone una cuerda acabada en un nudo?, lo sujetan el dedo gordo y los demás.
La vela abandonada a su capricho flamea; sin embargo, cuando el barquero la obliga a su dignidad, el trapo tersa su figura y garantiza la autonomía de elegir el itinerario del paseo. Los soplos opuestos no propician el avance y si la orientación no es satisfactoria, la experiencia propone otra mejor -el piloto reconoce más importancia al aire que a la emigración caudal abajo. El tono del dueño es imperativo: dirige y por tanto corrige; apoyados en el barandal contemplamos ese trato con el viento
semejante a una seducción. La sencilla elegancia con que navegan y la grácil sobriedad de sus siluetas trazadas en la atmósfera permiten reparar en la firma de un acuerdo entre forma y función. Te ofrecen la mano negra y fresca -no vienen ganas de soltarla al saltar a tierra- y quedas atraído por su risa blanca dibujada en el rostro oscuro -mueve hacia atrás el brazo en un gesto que opino apunta al pasado. Aspiré el dulce aroma de la flor del jazmín y consideré que, en la vereda abierta a la profundidad de mis pensamientos hasta la superficie de las palabras escogidas, apuesto por la árida ruta de la honestidad -la expresión no traiciona a la reflexión.
Las túnicas amplias ondean alegres alrededor de los cuerpos desnudos que envuelven, y perseguí con la vista a los jardineros que se entretienen en borrar las huellas de los visitantes en los pasillos geométricos y lisos; rompen la monotonía de la jornada en limpiar las heces que las aves defecan en los asientos de madera al posar su vuelo en las pérgolas. Allí la naturaleza concurrió convocada por el orden humano; advertí cómo la simetría tira enérgicamente de la estética y el ritmo marca el paso decidido de su adecuación; la alineación con que se distribuyó la plantación informa a mi atención gastada en la batahola del recorrido. La maestría se escribe en una secuencia tal que se prevé el próximo árbol -no hay más que percatarse de la frecuencia con que cada uno sigue al anterior. Percibí en el método discursos de la razón que influyen en el curso de la vegetación longitudinal a la afluencia y en su sentido transversal. Constituye a mi gusto la exposición pública de unas maneras refinadas extranjeras que dispone lo autóctono y lo exótico -bella conquista de la creación por el genio. A la sombra de la luz que deslumbra, consentí que escurriesen las horas y me di al manso áfrico en la Isla Botánica -regalo del ensueño. El café turco que lentamente paladeo a orillas de la corriente concluye por situar la paz del ambiente -detrás de mí, el mausoleo de Aga Khan al poniente y enfrente, la agitación del oriente ¿Resulta válido dudar de que la conexión lógica del paraíso obrado por lord Kitchener en la bifurcación de las aguas lo enjuicio más verosímil que su exclusión?
Quisiera varar en la escalinata que sumerge sus últimos peldaños en la desmedida arteria la mayor cantidad posible de mi etnocentrismo, a pesar de que creo que tendré que llevarme parte de él con el propósito de volver a adherir mi carácter a la sociedad a la que pertenezco. Las restricciones que impone una cultura determinada, por angostas que sean, no restan más libertad que el desarrollo de las cualidades y capacidades en sus afueras. Y ya la ocasión se sobrepasó en exceso para sustituir aquella en la que nací por otra extraña y atrayente. Admiré en la generosa terraza del Hotel Viejo Cataratas, amparada por grandes tapices de vivos colores, el día a punto de malograr su conflicto cotidiano con el caos. Al fin se desplomó más lejos que el río y más allá del horizonte ¿qué cosa distinta se infiere del surco azul que una delgada formación de la fantasía en la medianía de la vasta textura yerma?; los exploradores revelaron a la geografía sus dos fuentes, yo en cambio, prefiero imaginar su origen en el confín del olvido, previo al tiempo.
http://protos.dis.ulpgc.es/~osantana/egipto070.htm


Última edición por shukran_habibi fecha: 14-05-2007 a las 20:08:48.
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  #2  
Antiguo 14-05-2007, 23:45:14
Avatar de netcheru
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Zarpando rumbo este hacia oriente...
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Localízame en el mapa
Predeterminado sin palabras

......................................................

una vez más me dejaste sin palabras

netcheru
__________________
el sol no se ha puesto aún por última vez...
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  #3  
Antiguo 15-05-2007, 07:36:44
Avatar de senenmat
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Predeterminado

Bonito, bonito y bonito....como dice netcheru....sin palabras
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  #4  
Antiguo 17-05-2007, 19:21:04
shukran_habibi shukran_habibi is offline
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Predeterminado El viaje a Egipto

Hoy es un día muy especial para mí, estoy escribiendo
y es muy extraño,llevo tres años hablando sin parar
y ahora en estas escasas vacaciones de sol egipcio
alejado de los hombres perro y las noticias con música
del final de los tiempos he llegado a Egipto , no hablaré
de los preliminares, pues ha sido de lo más tedioso,
cambiar de calzado y llevar una maleta en un carro
era un juego para niños, la espera, los taxis, el humo de
los cigarrillos, los voceros de los altavoces , el café con leche
de aeropuerto, el tumulto, el guía, las parejas de enamoradas,
después de algunas esperas de lo más normal se presentó
ante el grupo al que pertenecía un hombre joven de color
de "adobe" dentro de tres días a lo sumo mi piel sería la suya.
( Jeremías Jarvis medía un metro ochenta y cinco descalzo
y pesaba 78 kilogramos de peso, sus cabellos eran negros
y largos muy bien cuidados, debajo de la nariz llevaba un
bigote fino y debajo del labio inferior una pequeña chiva
al estilo Gauguin y es que Jeremías no estaba dispuesto
a parecerse a la mayoría de los ciudadanos de aspecto
formal o bien encorbatados o bien con pantalón marcado
y camisa y jersey con marca visible, Jeremías era Jeremías
y la mayor parte de la gente se fijaba en el pues era
inevitablemente original, desde la forma de sentarse a
su forma de andar Jeremías muy elegante, pues su musa era
el gran Gary Grant y es que en este mundo muchos
por no decir la mayoría de los hombres escogían
sus modelos unos con más acierto que otros, una planta
a lo Gauguin y un estilo a lo Gary Grant dejaban una estela
por los pasillos, aceras y calles de lo más hermoso y original
en un hombre del futuro como era Jeremías)
me dirigí a vivir una experiencia llena de colores y matices
de salsas y de nuevos olores, del color arena anaranjado
y amarillo del cielo egipcio, la ruta elegida para la ocasión
era de Luxor al Cairo y dirigido por un guía llamado Ahgmed
que quiere decir: "El más fervoroso adorador", embarqué
con cierta prontitud en el Ramses King of the Nile, un barco
fluvial maravilloso, elegí la ruta de los seis dias y el itinerario
crucero de 5 noches/6 días, Luxor- Aswan-Luxor, En Luxor
visitaría el templo de Karnak y Luxor, el templo funerario
de la Reina Hatshepsut y el Valle de las Reinas y los Reyes.
El templo de Edfu, el templo de Esna el de Kom Omb, templo
de Filae y los granitos de Quarries. Entre Aswan y Sudan al Sur
se encuentra Nubia. Más adelante estaba establecido presentarnos
ante ellos y mostrar nuestros saludos y respetos a su cultura.
Descubrir y explorar era el cometido de la mayoría de los
que allí estábamos, Ahgmed era una persona encantadora
y natural hablaba la mayor parte de los idiomas del mundo
civilizado entre ellos el español, adjetivos sinónimos y canciones
eran su repertorio musical , había estudiado en
la universidad de el Cairo y eso era muy exótico, uno de mis mayores
placeres era jugar al ajedrez.
( Jeremías era un jugador de club y su elo o puntuación de su fuerza
Ajedrecistica eran 2315 puntos, lo cual lo convertían en un maestro
Internacional según las leyes de la Fide o federación internacional
De ajedrez, esa puntuación no estaba mal para pasar el tiempo
Pues los jugadores amateurs que se encontraba en sus viajes, no
Habían sido hasta ese momento tan fuertes como él, una diferencia
De 100 puntos y estando despierto un jugador podría marcar el
Rumbo de la partida y eso Jeremías lo sabía cuando se ponía
delante de un tablero)
Una buena velada de ajedrez para mi estaban en un encuentro
al mejor de 3 partidas en sistema de rápidas 30 minutos por
partida eran suficientes para engrasar mi maquinaria cerebral.
Mi primer oponente el mismísimo capitán del Ranses King of the
Nile, el capitán Bâhir su nombre significaba en mi lenguaje
“deslumbrante e inteligente” y eso me llamó mucho la
atención de forma que me puse en guardia, y sorteando
las piezas me tocaron las blancas, no me reprimí y pronuncie
la palabra "eureka" aunque mentalmente para no crear mal
ambiente entre nosotros a medida jugábamos hablamos de
su vida en Egipto así que moví peón 4 rey y el hizo lo mismo
a base de café en vaso egipcio y lleno de posos en su base
y he de decir que no estaba mal el con un puro y yo con una
pipa aunque había dejado de fumar hacia cuatro años le pregunté
por su vida y su religión mientras tanto moví : Caballo 3 alfíl de rey
y el hizo lo mismo, lo primero que pasó por mi cabeza fue:
¿Este hombre sabe o me toma el pelo
?


http://unperiodistadeficcion.blogspot.com/

Última edición por shukran_habibi fecha: 18-05-2007 a las 14:01:56.
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  #5  
Antiguo 17-05-2007, 19:46:49
Avatar de Rasavi
Rasavi Rasavi is offline
Divisando Karnak...
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Predeterminado

Precioso, pero me gusta sobre todo el aire costumbrista con que vistes los relatos.
__________________
Ando mucho más... de lo que me muevo.
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  #6  
Antiguo 18-05-2007, 13:58:42
shukran_habibi shukran_habibi is offline
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Predeterminado

Ni
ni siquiera hubo luto oficial en la corte de Tebas por la muerte de Menkure, el cual fue inhumado tras una breve ceremonia a la que tan sólo asistió Tuya como madre natural y su hija y hermana de sangre, Tía. En cuanto a Entumiré le estuvo terminantemente prohibido hacer acto de presencia; y pese a sus sollozos y súplicas tanto su madre Tanedyemy como el Dios Sethy I su padre excluyeron su presencia en el entierro por tratarse de un simple mortal. De las desfavorables consecuencias de asistir al infortunado sepelio de un ser que los dioses no habían designado como sucesor al trono de Amón también fue advertido Ramsés, quien como príncipe heredero detentaba ya un poder e independencia formidables, y por voluntad propia, haciendo caso omiso, resolvió acudir a depositar un preciado tesoro de joyas y armas con el deseo fraternal de que su hermano pudiera habitar con comodidad y protección en el reino de los muertos. Asimismo, y a petición de Ramsés, Najatamón elevó unas plegarias en favor de Menkure, dado que su padre Nebreterú tampoco pudo, ni era su deseó, asistir a un acto de tan escasa relevancia.

A la puerta de la tumba, cuando el ocaso comenzaba a adueñarse del día y las sombras de la noche competían con el aullido del chacal y el lúgubre canto de la lechuza, justo antes de colocar la última losa, Tuya depositó una gran lámpara de aceite y un brasero para que su hijo pudiera encontrar la luz y hallara el calor y el camino en la oscuridad de su nuevo hogar. Y arropada por el brazo de Ramsés, marchando de forma cansada, dejó gimiendo el lugar para siempre.

Menkure ni siquiera había sido inhumado en el Valle de los Reyes y tanto Tuya como Ramsés, sin comentarlo, juzgaron con amargura, que sus conquistas y batallas jamás figurarían grabadas en las paredes de los templos y palacios más relevantes, destinados sólo a preservar los nombres de los grandes faraones, reinas y demás celebridades, de las sucesivas dinastías del Imperio.

Naturalmente también yo, Nefertari, habría deseado asistir a la inhumación de Menkure, por supuesto, acompañada por su hermana y ahora mi gran amiga Entumiré. En cambio hube de concentrarme en consolarla y mantenerla en mi regazo durante las horas que tuvo lugar la ceremonia. Por otra parte, mi señor Dios Sethy I, asimismo progenitor del desgraciado Menkure, y a quien tuve la oportunidad de observar con detenimiento en tanto se solazaba durante los sangrientos fastos que nos obligó a presenciar mientras su hijo se consumía aquella espantosa mañana “triunfal”, no me pareció gran cosa. Desde luego tras una primera impresión pude constatar que no era un ser normal. De entrada descollaba por su prominente maxilar inferior; quijada que me recordó de forma inconfundible a las que había presenciado durante mi infancia en las vigorosas hienas carroñeras que mi padre daba muerte con el fin de ahuyentarlas de nuestra franja de caza. Reflexioné más a fondo y sopesé, que si de alguna forma aquel Dios resultaba tan sólo en un ápice parecido a una hiena, debía ser tan inteligente y taimado como aquéllas, por lo cual resultaba natural que disfrutara mediante el suplicio y sufrimiento de los seres mortales que lo rodeábamos.

Así pues la repulsión y el temor fueron creciendo y fortaleciéndose en mi interior, mientras meditaba qué sería de mí cuando me viera en manos de aquel ser sobrenatural. No en vano, me conocía demasiado bien y no podía pasárseme por alto que ante mi natural repugnancia no podría dominarme y mi reacción no sería otra que la de tratar de quitármelo de encima. Y la única forma que conocía a mi alcance para lograrlo quizá fuera… tratar de atentar contra su vida Pero ¿era posible asesinar a un Dios? Ya que con toda seguridad sería capaz de descifrar mis más íntimos sentimientos y conocer mis intenciones de antemano. Fue a partir de ese día cuando comprendí que mi suerte estaba echada; dejé de preocuparme por mi destino y comencé a odiar todo cuanto me rodeaba. La segunda persona que logró ganarse mi repulsa en un escaso margen de tiempo no fue otra que la reina Tanedyemy. La usurpadora que se había apropiado de los derechos de mi querida protectora Tuya, relegándola a un inmerecido segundo plano. Tanedyemy era una mujer de constitución débil, pero frívola y fría como un témpano de hielo. Yo jamás he visto el hielo, pero si conozco cómo debe de ser solo es debido a mi abuelo, quien fue soldado y a la vez sabio investigador a las órdenes del gran faraón “Ay,” quien solo gobernó durante cuatro años y a quien hoy todos rechazan porque alegan que llevaba el estigma del Hereje. La cuestión es que antes de morir me narró su viaje hacia el sur, al país del Punt, donde me aseguró que el oro afloraba de los mismos manantiales, y escaló a una altísima montaña en la que todo estaba apagado y hasta los dioses que la moraban dormitaban entumecidos durante siglos. Halló hielo en tales cantidades que comenzó a quedarse rígido y como pudo consiguió descender. A su vuelta Ay había muerto y el cargo de faraón lo detentaba el oscuro y pretencioso general Horemheb, quien lo relegó de su puesto y le hizo entregar todos los tesoros que consigo acarreaba.

De modo que si el Dios Sethy I no era un Dios que obraba el bien como en principio debía ser, y como tuve ocasión de comprobar su esposa Tnedyemy tampoco era justa ni buena mujer, acabé por entender que en el seno de la familia real las cosas no marchaban como era debido. Así pues, y muy a pesar mío alcancé una terrible conclusión: Seth, el Dios supremo del mal se había adueñado y establecido en el interior de las almas del faraón y su esposa, y por lo tanto, la situación en el vasto Imperio de Egipto se hallaba en un grave riesgo. A partir de ese instante mi determinación no fue sino tratar de restablecer un orden que descubrí se había truncado. Tal vez purificando su mal el Dios Sethy I, ahora un ser con el alma de Seth transformado en hiena, viéndose acorralado decidiera liberar su espíritu tornando el mal por el bien y restituyera como primera reina a mi querida Tuya. Aunque ¿Podría ser eso posible? Y ¿cómo?

Ni qué decir que merced a mi rango de vulgar mujer del harén, de cara a lograr mis propósitos, me encontraba en la peor de las situaciones y apenas intuía en qué forma podría ayudar. Ya que tampoco podía comentar con nadie lo que había desvelado bajo el grave riesgo de caer en las garras de Seth, amenaza que tenía la certeza se cumpliría el día en que el Dios poseído por la maldad se decidiese a tomarme.

Evidentemente al no declararse el luto oficial por la muerte de Menkure, el faraón y su indigna esposa organizaron un gran festejo al que, aunque yo me opusiera, todas las damas del harén estábamos obligadas a acudir y así sucedió.

El día designado para el evento los jardines de palacio se hallaban envueltos en una misteriosa bruma que provocó que su iluminación cobrara un matiz verdoso y espectral, pero en los salones y atrios las lámparas y braseros ardían cálidamente saturados por múltiples aromas a incienso y comida, en tanto el clamor de la gente al hablar resultaba como el murmullo incesante de una inmensa colmena. La gran sala hipóstila del palacio de Karnak se mostraba impresionante con las familias más prestigiosas de Egipto luciendo sus prendas más ricas y espléndidas.

Según iban llegando, el Jefe de heraldos del faraón, nombraba uno por uno los títulos de los invitados al acontecimiento, y cada grupo de personas se iban congregando en los lugares que les habían sido asignados.
En principio la afluencia discurría entre las altas columnas que se alzaban desde el suelo de baldosas azules, mientras los esclavos servían vino y selectos aperitivos. En un momento se hallaron reunidas las personalidades más influyentes de Egipto. Entre la gente destacaba la alta y enérgica figura de Paser, jefe del harén y guardia de las coronas del alto y bajo Egipto, conversando con él estaba el obeso escriba real Jety, acompañado por Pepy su delgadísimo hijo y Pentaur otro de los grandes escribas de la escuela dinástica; a su lado Qar un Juez del alto Egipto no cesaba de llenarse los carrillos de dulces higos rosas; más allá Senedjem, jefe de los decoradores de Sethy alababa la belleza de la sala, mientras Nefermaat divagaba un tanto perdido entre la multitud caminado junto a Menna el caballerizo personal de Ramsés. Mose un destacado abogado del reino se aburría en compañía de Nebreterú el Sumo Sacerdote, su hijo Najatamón, Kemena y Nebuenenef, un alto monje de Amón. Nykuhor, el médico real y su mujer departían a solas; Kahai Visir del norte y el sur de Egipto trataba de relacionarse entre los generales de la reciente campaña del norte y sus mujeres, donde también destacaba con su porte desgarbado el jovencísimo comandante Imen em Inet.
Más allá, cerca del trono, formando un círculo cerrado se hallaban cuchicheando los ministros más destacados del Imperio con sus esposas a un lado. Y como no, en un gran espacio reservado, separadas por sus respectivas titulaciones, se encontraban, suntuosas, las bellísimas damas del harén.

Sentada junto a un pilono, decorada con la corona de flores de loto me hallaba yo desolada, sin demostrar ni siquiera apetito. En ese instante el jefe de los heraldos anunció la llegada de la familia real y todo el mundo se apresuró a tomar asiento en sus respectivos lugares de acomodo, y en seguida pude oír mencionar las titulaturas del “faraón poseído por Seth” y su no menos infiel y malvada esposa, y a continuación de su hija y gran amiga mía Entumiré y Ramsés “el primogénito” ¡citó falsamente! Tuya y Tía condenadas al ostracismo, se hallaban en un lugar próximo a donde yo me encontraba.
Me di la vuelta dispuesta a descargar toda mi irá y malos agüeros sobre el nuevo usurpador y descubrí a un joven apuesto y elegante, portador de un semblante gentil y dolorido, con unos ojos que en su mismo interior contenían el destello y la sabiduría de los dioses, y que compartía la mano de su hermana con la comprensión y dulzura de un hermano fraterno. ¡Y por Osiris supe con claridad que la estirpe de los faraones estaba no sólo asegurada, sino protegida y en manos de un varón cabal e impecable! Su mirada limpia, tenaz, alcanzó a penetrarme durante un brevísimo instante y en aquellos enérgicos ojos claros descifré la decisión más intensa de abarcar al imperio más grande jamás forjado por los divinos dioses de la bóveda celeste.

Muchas mujeres, danzadoras consumadas, bailaron esa noche en honor del Dios Sethy I, yo no. Si por primera vez en mi vida recién cumplidos mis diez años me atreví a danzar delante de más de doscientas personas, fue con objeto de que tan sólo una captara toda mi atención. Sin duda pensé, que al hacerlo, las bazas de caer en las afiladas garras de “Seth” estaban firmemente apuntaladas, pero aquello ya no revestía la más leve importancia para mí. Al menos moriría juzgando que antes había rendido un postrero homenaje al hombre que en cuestión de segundos había abierto mi corazón y dejado volar mi amor en una sola dirección. Y sin duda mi baile, “la danza de Nefertari”, despertó admiración no solo en palacio, sino en el espíritu de los hombres más poderosos del Imperio que acudieron a felicitarme encendidos y admirados ante mi sutil despliegue de sensualidad, armonía y sobre todo, belleza. No obstante, mientras ejecutaba los pasos del baile, también pude apercibirme de los ojos de otra mujer firmemente clavados en mí; la esposa de Ramsés: Isis Nefert, ante la cual curiosamente jamás había sentido el más mínimo discernimiento de rechazo, si bien ahora, de pronto, fui consciente de que cada vez que me aproximaba al lugar donde Ramsés y ella se acomodaban, esos mismos ojos me miraban subyugados por un resplandor creciente de ira.

Al día siguiente dos guardias reales vinieron a buscarme al harén y supe que estaba perdida. El faraón me deseaba y había llegado el momento que tanto temía. Ben – Amat, mi única confidente y verdadera amiga en el harén me consiguió el veneno; se trataba de unos polvillos letales que deposité en el interior de una sortija. Partí cabizbaja a mi encuentro con los dioses; por lo menos el Dios poseído no podría tocarme ni disfrutarme jamás. Mi corazón pertenecía tan sólo a un ser, y por desgracia sólo conocería mi amor después de que todo hubiera sucedido; resultaba inevitable. En una la carta que puse en manos de mi querida amiga con la promesa de que sólo la facilitaría una vez tuviera lugar mi fatal desenlace, expresaba mis sentimientos al amor que anhelaba.

De pronto fui consciente y salí de mi estado de turbación. ¡No estaba en las dependencias reales sino en otra zona del palacio! Una puerta se cerró detrás de mí y mi corazón casi dio un vuelco, pues con asombro y un temblor expectante presencié la visión más maravillosa y a la vez conmovedora que haya presenciado jamás. Al fondo de la habitación, envuelto en una leve penumbra y sentado sobre una sencilla silla de ébano mientras degustaba una copa de vino estaba Ramsés, ¡hijo de dioses! contemplándome con la mirada más tierna y humana que haya experimentado en mi vida. De forma apresurada dejó la copa sobre una pequeña tarima, se levantó de la silla, y sin dejar un solo instante de devorarme con aquellos impresionantes ojos claros me tomó entre sus brazos y mediante una voz asentada y cálida, exclamó.

- ¡Bienvenida cabellos de fuego! ¡No sabes cuanto anhelaba este momento!

Yo lo miré a los ojos con dulzura. La realidad es que no había sido capaz de dejar de hacerlo un solo instante desde que entrara en la sala. Mi semblante iluminado por el resplandor de la luz de Osiris, más bello que nunca, dejó escapar una tierna sonrisa, y con cierta timidez… ¡Toda mi timidez! Respondí.

- Yo también… cariño.

Y nos besamos con la certeza en nuestros corazones que desde ese mismo momento estaríamos ya unidos para el resto de nuestras vidas…


http://www.tusrelatos.com/sistema/vrelato.asp?ID=12228

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  #7  
Antiguo 30-05-2007, 21:01:23
Ineferty Ineferty is offline
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Buenos hallazgos Shukran, gracias por traerlos a la salita de casa.
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  #8  
Antiguo 13-06-2007, 03:45:24
shukran_habibi shukran_habibi is offline
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Predeterminado viajeros

Yo regresaba de Hungria, ya en el aeropuerto de Budapest, escuchamos algo de un atentado en Barajas.

Al llegar aquello eran los restos de una batalla campal, el desorden y el caos brillaban por doquier, las maletas yacian abandonadas por todos lados y nadie sabia nada, preguntaras a quien preguntaras la unica respuesta era : tranquilidad.

La cola para salir de la T4 Madrileña se hizo eterna, durante cuatro largas horas, sin tomar ni un triste cafe, y con el espectaculo bochornoso y antisocial de aquellos que desesperados intentaban salir cuanto antes, el frances que fingio un ataque de angustia, la americana, tal vez dominicana que se invento un embarazo, el chulo de madrid, que quiso salir por cojones...los humanos perdemos el respeto ante el miedo...todos fueron abucheados sin piedad, incluso con gestos de amenzas serias por parte de los civicos, que guardaron cola sin rechistar.

Que seria de ellos? el medico de Vigo, que pasaria la noche en Madrid para salir al dia siguiente, en unas minivacaciones navideñas hacia la Republica Dominicana, que seria de aquella guapisima mujer española, residente en Atenas y sus dos hijos, que debido al atentado, perdieron su viaje a Canarias..para dos personas aquel fue el ultimo viaje de su vida.

De quien serian aquellos cientos de maletas abandonadas en el suelo, por la prisa y el miedo ?...

Yo estuve alli el 30/12/06, senti el miedo y la impotencia ante ese terror, que siega vidas, y destruye sueños.

Yo estuve en la T4 aquel fatidico 30/12/06.Y no quiero olvidar.Yo al menos puedo recordarlo.


Caos y suspensión de los vuelos

Las compañías aéreas que que operan en la nueva terminal de Barajas tuvieron que suspender sus vuelos durante la mañana. La principal afectada fue la compañía Iberia, que no comenzó a operar de nuevo hasta pasadas las 13.00 horas.

Más de 20.000 viajeros se vieron afectados por los retrasos. Se cerraron los accesos a la T4 y se produjo una falta de información por parte de las autoridades a los que ya se encontraban en el aeropuerto. Se pidió durante toda la mañana que sólo se utilizaran vehículos públicos.

Los pasajeros relataron episodios de angustia y miedo por la explosión y el desalojo.

"Sentimos una explosión tremenda que nos pilló en el ascensor. Creo que somos los que más cerca hemos vivido la explosión del parking", relataba David, testigo directo del atentado, a 20minutos.es-.

Centenares de pasajeros fueron desalojados a las pistas de la T-4, donde comenzaron a producirse protestas por desatención. "No saben qué hacer con nosotros", contaba desde la pista de la T-4 David de Francisco. "No hay información y la gente comienza a cabrearse", afirmaba en una llamada a esta redacción desde su móvil. Poco después fueron conducidos hasta otras terminales en autobuses.
http://www.20minutos.es/noticia/1870...bomba/barajas/



Última edición por shukran_habibi fecha: 13-06-2007 a las 04:03:38.
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  #9  
Antiguo 19-06-2007, 00:59:56
Avatar de Yamila.E
Yamila.E Yamila.E is offline Femenino
Zarpando rumbo este hacia oriente...
-Veces que he dado las gracias: 4.908
-Me han dado las gracias 7.144 veces en 3.624 mensajes
 
Predeterminado

Buss.. debe haber sido terrible esto que contás que presenciaste, me imagino que todavía lo tendrás en la cabeza.

Hermosos esos relatos, como dijo Netcheru: .....sin palabras..... jejjeje

tu amiga de Azul
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"Mi rostro se quita el velo, mi corazón está en su justo lugar.."
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