Egipto con vocación a la eternidad

[Antiguo Egipto]

El Nilo

La naturaleza forjo el segundo rió más largo del mundo 6700 Km. de largo. Brotan sus aguas del Nilo Blanco, que nace en el lago Victoria (Uganda), y del Nilo Azul, que nace en Etiopía. En tiempo de los faraones era Hapi, para los griegos lo denominaban Chrisonoas y más tarde el Bahr que significa mar para los árabes.

El Nilo es fuente de riqueza y de vida como narra el Himmo al Nilo:

Te saludo oh Nilo, que has venido para hacer vivir a Egito!

(Himmo al Nilo, texto del Reino Nuevo)


Los albores de Kemet

En el valle del Nilo no ha sido hallados yacimientos paleolíticos. Las primeras pruebas de vida humana con Sílex tallados y recogidos en los limites de los oasis, que entonces eran lagos, y sobre las terrazas del Nilo al norte de Tebas, cerca de Nag-Hammadi, Dyebel Ajmar, El Cairo y El Fayum. Las excavaciones han revelado una posible antigüedad de 14000años a.C.

Es posible que esa época tribus semíticas llegadas del Sinaí o el mar Rojo, que habrían estado en contacto con Mesopotámica, se filtraron hacia el Nilo, donde se mezclaron con las poblaciones preestablecidas, constituyendo así el tipo egipcio tal como hallaremos durante el reino Antiguo.
Parece ser que el valle del Nilo fue poblado por una mezcla de razas diversas: mediterráneos, alpinos y montañeses llegados de Europa, Asia y el norte de África, donde el paleolítico inferior habrían llevado una vida nómada sobre las mesetas líbica y arábica que dominan el valle del Nilo. En una población asi mezclada el tipo negroide no ha cesado de disminuir ante el elemento blanco. El fondo de la población parace constituido por un pueblo de raza camítica- como galas y los somalíes-, fijado en el sudeste de Egipto, y por los beréberes de Libia.

Alcanzamos el año 10.000 a.C., comienzo de la época neolítica, y el valle del Nilo ya tenía su aspecto actual. En él limite del valle fértil se instalaron poblados, con preferencia en las lomas, para evitar las inundaciones en los periodos de crecida. Todas las actuales ciudades de Egipto están construidas sobre asentamientos neolíticos.

Solo podemos hacernos a la idea de lo que era la vida de esos grupos de nómadas, en el momento en que se estabilizaron, por los rastros que han dejado en las ideas religiosas o en documentos de la época histórica.

Signos distintivos que se conservaron las enseñas de ciertos nomos, presentan un carácter tan arcaico que sin duda puede hacérselos remontar a una época anterior a su instalación en el valle del Nilo. El elefante, el halcón, el lobo, un árbol, un monte característico, dos flechas ect. Son emblemas que pudieron designar a las primeras tribus nómadas.

De la tradición religiosa de Egipto parece deducirse que la organización patriarcal de la familia no es anterior a la fijación de las tribus en el valle, pues la creencia de que Osiris hubiera sido fundador de la familia e incluso su propio culto únicamente aparecen con la civilización agrícola.

El culto

Como en la mayoría de pueblos primitivos los habitantes del valle rindieron culto a las diversas fuerzas de la naturaleza, al cielo, la tempestad, el sol y la luna.

Además de estos dioses universales adorados, las diferentes tribus parecen haber contado dioses propios que llegaron hasta la época histórica.

Entre los numerosos cultos consagrados a las fuerzas naturaleza, el que adquirió mas relevancia fue la fuerza fecundadora haciendo su aparición la diosa madre. Ella es fuente de toda vida, pues la madre es la que simboliza la fecundidad. Y puesto que la fecundidad halla su origen en la tierra nutricia y creadora de los hombres, animales y plantas, la diosa madre fue la divinidad de la tierra madre.

Alrededor de la idea de la diosa madre se construyo la primera concepción del mundo.
El universo no solo esta formado por la tierra, sino también por el cielo, y si la tierra ha dado vida a las plantas, a los animales y a los hombres, el cielo ha dado origen a los astros, que tan importante papel desempeñan en la vida de los pueblos nómadas. De ese modo la diosa madre tomó el aspecto no solo de una diosa de la tierra, sino también de diosa del cielo, en otras palabras, fue la diosa primordial de lo que procede todo lo que vivé.
Probablemente la misma evolución se operó entre todos los pueblos, pues, cosa curiosa, todos dieron a la diosa madre los mismos atributos. Diosa ctónica, se representa con la serpiente que parece salir de la tierra, diosa del cielo, es adorada como un ave, fuente de toda fecundidad, está acompañada de animales tan pronto salvajes como domésticos; ella es la vaca, la leona, la gata; es también la vegetación y como tal venerada en forma de un arbol al que muchas religiones antiguas han conservado como “ árbol de la vida”. Y de un modo natural es también la diosa del amor.
Pero ya que toda vida está llamada a morir, es también la diosa de los muertos, pues el mundo no se aparece a los hombres sino como una sucesión de vida y muerte, de día y noche, de verano e invierno. Como los muertos son confiados a la tierra, la diosa de la vida, la diosa de la tierra, es también la diosa de los muertos. Y como diosa de los muertos es a su vez diosa de la guerra.
En el panteón de la época histórica cada una de ellas tiene sus atributos bien determinados, su historia y genealogía. Pero bajo las sucesivas aportaciones, que le dieron una fisonomía particular.
En los documentos más antiguos, se halla el carácter originario de la diosa madre Uadyet y Nejbet, que en la época serán protectoras de los faraones de bajo y alto Egipto., tiene por tributos el buitre y la cobra.
Hathor, simbolizada por una vaca, es una diosa de la fecundidad, pero, al igual que Uadyet y Nejbet, es tambien una diosa cielo y una diosa tierra, y como tal, diosa de los muertos. Puesto que el solo muere cada día por Occidente para renacer cada mañana por Oriente, el reino de los muertos está situado en el Occidente del mundo y Hathor diosa de los muertos, aparece como señora de Occidente. La diosa Amenti, es decir la dama de Occidente, es la misma divinidad bajo otro nombre. Hathor, diosa de la muerte, es tambien diosa de la guerra. Diosa del amor, esta representada por un árbol de vida que le valdra el titulo de “ dama del sicimoro”. Bajo estos diferentes aspectos, Hathor corresponde exactamente a las diosas madres de Asia y de Creta.
Mut es “ la madre”, como su nombre indica; diosa del cielo simbolizada por un buitre, se halla en el origen del mundo. Como Hathor y Sejmet- ésta representada con una cabeza de leona-, será tambien una diosa de la guerra.

Isis, con su hermana de Neftis, que sólo es su doble, es diosa de la fecundidad del amor y el cielo. Neit es una forma de diosa madre y la serpiente Renenutet, la diosa de las cosechas, es una divinidad ctónica.

En la religión oficial conservará siempre el recuerdo de estas diosas madres y de su carácter subterráneo manteniendo en todos los grandes santuarios un reptil sagrado, símbolo de la tierra, considerada a su vez como diosa primordial y diosa de la fecundidad.

Los distintos aspectos que tomó la diosa madre, y los diversos nombres bajo los que fue venerada, prueban que poco a poco fue asociada en las diferentes tribus a divinidades locales.
Ello no se presupone que el culto a la diosa madre fuera único. El dios monte Ha, divinidad muy arcaica que se veneraba en Metelis, ya en la época protohistoria, como protector de la ciudad, es el recuerdo de un culto tribal que se celebraba anteriormente en los tiempos del nomadismo. Lo que es valido para Metelis, lo es también para las tribus que constituyeron los otros nomos.

Por lo tanto tenemos por un lado los cultos universales consagrados a las fuerzas de la naturaleza y en particular las diosas madre, cada tribu poseía sus propios cultos, que por lo general se han asociado estrechamente a los cultos “ nacionalizados” de las diosas madres, concebidas en parte, como diosas “ locales” a partir del momento en que se produjo la estabilización de las tribus.

La tribu, para defenderse, tuvo antes organizarse. Así pues, al lado de la autoridad del jefe de familia o del jefe de grupo, apareció la autoridad más elevada, la del jefe del territorio. Sería la primera forma de poder público, asociada al culto local y que por ese mismo hecho presentaría un carácter hasta cierto punto divino – el carácter “ mágico” del poder.

La tribu, o la confederación de tribus unidas bajo un mismo culto, una vez ya estabilizada sobre un territorio situado bajo la autoridad de un rey sacerdote, alrededor de un reducto, que seria la metrópoli, se transformo en un nuevo grupo, llamado nomo, que muchísimo más tarde los griegos y romanos le denominarían cuidad. Probablemente en la metrópoli del nomo, alrededor del “ rey”, se formo una asamblea de notables o consejo que constituyo la primera forma de gobierno, ( el Senado en Roma) Los textos religiosos de las pirámides (pirámide de Pepi II) se atribuyen que los nomos poseían un consejo de seru.

En la época que apareció la escritura, el nombre de nomo, sepet, territorio dividido y el signo que lo representaba era un rectángulo dividido por dos y repartido en 14 subdivisiones como partido por distritos sobre el suelo o sobre una tierra irrigada por canales, es decir, formando un pequeño territorio organizado.

Las sepulturas halladas en Merimda, al oeste del delta, se excavaron sobre una terraza desértica no lejos del poblado. Las tumbas presentan forma oval, al igual que las viviendas. El muerto es enterrado mirando hacia las chozas, algunas de las tumbas contienen varios cuerpos, aunque la mayoría fueran individuales. El muerto es envuelto unas veces en una piel de vaca; otras descansa en un sarcófago de cestería. La tumba contiene ajuar funerario, en particular figuritas femeninas.

Las excavaciones realizadas en el delta y el el Egipto medio muestran que en aquella época la civilización había alcanzado ya un notable nivel de desarrollo. El utillaje, aparte de las armas y las vasijas de piedra pulimentada, comprende recipientes cerámicos, útiles y adornos de marfil, hueso, asta, oro y cobre. Las plantas habían sido seleccionadas y fueron objeto de cultivo el trigo, cebada, mijo y lino. Como animales domésticos habían vacas, carneros, cabras , asnos y perros.
Las barcas navegaban por el Nilo. El valle esta organizando y el nomo parecía servir de marco a un sistema de irrigación.

Las pirámides de Egipto

[Antiguo Egipto]

Herodoto de Halicarnaso, considerado como el 'Padre de la Historia', visitó Egipto hacia el 450 a C, en la época de la primera dominación persa, tras el periodo saíta. El ilustre historiador griego nos dejó las impresiones de su viaje en el libro II (Euterpe) de su obra magna 'Historia', que narraba la crónica de las guerras entre Grecia y Persia.
El libro ofrece un vívido relato de la vida y costumbres de la sociedad egipcia de su tiempo, y se adentra con frecuencia en los terrenos de la historia, al transcribir las informaciones que al respecto le suministraban los sacerdotes de Menfis, que eran sus anfitriones. Aunque no se pueden tomar al pie de la letra muchas de las vicisitudes que da por históricas, dado que sus fuentes no eran todo lo fidedignas que cabe desear, sí es cierto que gran cantidad de los datos que proporciona pueden tenerse por auténticos, sobre todo cuando describe hechos y anécdotas de los que era testigo directo.

[Antiguo Egipto]

Herodoto nos narra el Nilo

Para los griegos y en especial al padre de la historia, como llama Cicerón a Heródoto.

Heródoto de Halicarnaso cuando da a la luz su historia, de la que es parte sus narraciones de Egipto, "el don del Nilo", que recoge como viajero curioso y observador de aquellas tierras quiere que “ los hechos humanos no se desvanezcan con el tiempo, ni caigan en el olvido..”

Egipto, el don del Nilo.
Su tierra es negra y cuarteada, como corresponde a un suelo formado por limo y sedimentos acarreados desde Etiopía por el río. Nos explica como los campesinos los no tenían la necesidad de labrar la tierra con la azada, solo esperaban a que el rió se desborde y riegue los campos por si solo y en el agua se retiraba, cada cual siembra su parcela, suelta los cerdos y espera la cosecha. Los cerdos se utilizan para que se hundan la simiente, y también, más tarde, para trillar el trigo, así obtenido. El granero del mundo, así fue llamada en esos tiempos a Egipto.

Las crecidas del Nilo nos cuenta Heródoto: Respecto a la especial conducta del rió, sin embargo, no puede obtener ninguna información ni de los sacerdotes ni de ninguna persona. Pero tenia muchos deseos de saber por qué el Nilo crece durante 100 días a partir del solsticio de verano, y , a continuación, la corriente vuelve a bajar de nivel, de forma que durante todo el invierno se mantiene bajo hasta el solsticio de verano. Sobre este particular no hubo formas de obtener ninguna respuesta de ningún egipcio a mis preguntas, que yo les hacia con fin de averiguar que fuerza tiene el Nilo para comportarse de forma tan opuesta a los demás ríos y por qué es el único rió del mundo que no origina brisas.

En la opinión de Heródoto lo achacaba al fenómeno del sol, y argumentaba: el Nilo es él único rió que experimenta una disminución de su caudal durante el invierno, debido sencillamente a que esta estación también está sujeto a la evaporación por la acción del sol, como lo están los demás ríos y él mismo durante el verano, y, además, no recibe agua de lluvia. Creo, pues que la causa de este fenómeno es el sol. Referente a las brisas son propias de lugares fríos y por tanto, no cabe esperar que se origine en lugares tan cálidos.

[Antiguo Egipto]

Que nos narra Herodoto,

Que nos narra de la Historia de los primeros reyes Herodoto,

Según le contaron los sacerdotes de Mina, el primer rey de Egipto, fue quien erigió el dique que protege Menfis de la inundaciones del Nilo. Este rey su proyecto fue desviar el rió, de su cauce normal. En el terreno que se ganado al rió, el rey de Mina hizo construir la ciudad que en la actualidad se llama Menfia. También este rey hizo excavar un lago, que se alimenta del río, al norte y al oeste de la ciudad, pues por el este discurre el propio Nilo. También erigió en la ciudad el gran templo de Hefesto, una construcción notabilísima.

Después de este rey, los sacerdotes enumeraban, consultando los registros, los nombres de otros trescientos treinta reyes. En tantísimas generaciones había dieciocho etíopes, y los restantes era egipcios, todos hombres, salvo una mujer, que por cierto, se llamaba igual que la reina de Babilonia, Nitocris.

Le narraron que la reina Nitocris accedió al trono después del asesinato del rey, su hermano, y entonces ella, para vengarse, mató alevosamente a muchos egipcios .Para ello hizo construir una enorme cámara subterránea, y, con el pretexto de inaugurarla, invitó a un banquete a muchos de los que sabía eran los principales responsables del asesinato. Pero su intención era otra: cuando estaban en pleno festín abrió un conducto secreto y el agua del rió se les vino encima. Cumplida la venganza, la reina, para evitar el castigo, se arrojo a una estancia llena de brasas. Eso es todo lo que le contaron sobre esta reina.

Los sacerdotes añadían que ninguno de los restantes reyes dejó testimonio alguno de su esplendor, salvo el último, Meris. Este rey hizo construir los propíleos del lado norte del santuario de Hefesto y excavar un lago con pirámides. Más adelante, tendré ocasión de hablar del perímetro del lago y de las dimensiones de las pirámides.

Sesostris

Los demás reyes, ya digo, no dejaron nada, narra Herodoto que le contaron, a sin que empezaron a historiarle al faraón Sesostris.

Los sacerdotes afirman que Sesostris zarpó desde el mar rojo al frente de una flota guerrera y fue sometiendo a los pueblos ribereños del Golfo Arábigo. El camino de regreso a Egipto, añaden los realizo a través del continente; para ello movilizo a un poderoso ejercito y sometió a todos los pueblos que se ponían por delante. En el lugar de cada victoria, Sesotris erigía estelas con inscripciones que daban a conocer su nombre y país de origen, y explicaban cómo se había impuesto su poderío. Sin embargo, cuando el enemigo no se había batido bravamente por su libertad y había rendido sus ciudades sin lucha, el texto de las estelas no variaba, pero, en tal caso, hacía grabar en la estela, los genitales de una mujer para indicar que eran unos cobardes.
De esta forma continuo su victorioso avance por tierra firme hasta que pasó de Asia a Europa, donde derrotó a los escitas y a los tracios. Este parece haber sido el punto más lejano de la expedición militar egipcia, pues en estos países pueden verse estelas conmemorativas, mientras que más al norte ya no se encuentran. En esta zona, pues, dio la vuelta y emprendió el regreso.
Parece ser que la mayor parte de las estelas que el rey Sesostris hacía erigir en los diversos países no se conservan, pero en Palestina pude constatar personalmente que existían, y las que vi tenían las inscripciones que he mencionado y los genitales de una mujer. En Jonia también hay dos figuras esculpidas de Sesostris, uno en el camino de Éfeso a Focea y el otro entre Sardes y Esmirna. Los dos bajorrelieves representan a un hombre, como de dos metros de altura, con una lanza en la mano derecha y un arco en la izquierda, y los diversos componentes de su equipo son, o bien egipcios o bien etíopes. Cruza el pecho, de hombro a hombro, una inscripción en caracteres sagrados egipcios, que reza así: “ Con el poder de mis hombros conquisté este país”. El nombre y el país del conquistador no se indica en estas estelas, pero sí en otros lugares, de modo que los que suponen que se trata de una imagen de Memnón están muy equivocados.
Sesostris regresó, pues, a Egipto llevando consigo gran número de prisioneros de los países que había sometido. En Dafnas de Pelusió, continuaban los sacerdotes, le salió al encuentro su hermano, a quien él había encomendado el gobierno de Egipto durante su ausencia, y le invitó junto con sus hijos a un banquete de bienvenida. Pero en el curso del banquete hizo amontonar leña alrededor del edificio y le prendió fuego. Entonces la mujer se hallaba presente, le aconsejo que arrojara los cuerpos de dos de sus seis hijos al fuego usándolos como puente para cruzarlo y de esta forma dos de sus hijos murieron abrasados, pero los restantes se salvaron junto con su padre.
De nuevo en Egipto, Sesostris se vengó de su hermano y empleó la masa de prisioneros que había traído de los países sometidos para realizar diversas obras. Fueron ellos quienes, durante su reinado de este rey y por orden suya, llevaron a rastras enormes piedras al santuario de Hefesto. Y también fueron forzados a excavar todos los canales que actualmente existen en Egipto, haciendo, muy a pesar suyo, que Egipto dejase de ser apto para el tránsito de caballos y carros. En efecto, Egipto es totalmente llano, pero desde entonces se ha hecho impracticable para caballos y carros a causa de los innumerables canales que se entrecruzan en todas direcciones. El objetivo de este rey era llevar agua a ciudades que estaban lejos del Nilo, pues allí la escasez de agua, y sus habitantes tenían que beber aguas salobres de pozo.

También dicen que Sesostris repartió la tierra entre todos los egipcios, dando a cada uno un lote cuadrangular de igual tamaño. Esta distribución de procuro ingresos, puesto que les impuso un tributo anual. En caso de que el río dejara a alguno sin parte de su lote, el rey, informado de lo sucedido, enviaba inspectores para que midieran la extensión de las pérdidas, a fin de que en lo sucesivo pagara la parte del tributo que correspondía. A esta práctica debe acaso atribuirle el invento de la geometría, que más tarde paso a Grecia. Pues el reloj de sol y el gnomon, así como la división del día en doce partes, son de origen babilonio.

Sesostris fue el único rey egipcio que reinó en Etopía. Y como monumento conmemorativo de su reinado dejó, ante el templo de Hefesto, estatuas de piedra de su familia: la suya y la de su mujer miden trece metros de altura y las de sus cuatro hijos casi nueve metros de altura. Por cierto que, mucho tiempo después, el sacerdote de hefesto no consintió que el rey persa Darío erigiera una estatua suya delante de éstas, alegando que no había realizado hazañas comparables a las de Sesotris. Las conquistas del egipcio, en efecto, no eran en absoluto menores a las suyas, y, además, había sometido a los escitas, cosa que Darío no había logrado conseguir. No habiéndolo superado en los logros, pues, no estaba bien que erigiera un monumento frente al suyo. Y dicen que Darío le perdonó su atrevimiento.
Sesostris a su muerte le sucedió su hijo Ferón.

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Las pirámides de Egipto

[Antiguo Egipto]

Herodoto escribió que Menes fue el primer rey de Egipto y que ordenó construir un dique para desecar las zonas pantanosas de Menfis (fundando la nueva ciudad) después de desviar el cauce de Nilo hacia un lago. Erigió un grandioso templo a Vulcano (Ptah).

Se atribye a Narmer la tumba B17-18, en la necrópolis de Umm el-Qaab, en Abidos, excavada por Flinders Petrie, situada al lado de la tumba de Aha.
También es posible que fuera enterrado en Saqqara, o en la necrópolis de Tarjan, aunque podría tratarse de cenotafios (tumbas simbólicas).

Datos:

La maza ceremonial de Narmer, en Nejen (Hieracómpolis).

La llamada Paleta de Narmer, del templo de Horus en Nejen.

La estatua del mandril, custodiada en el Museo de Berlín.
Serej de Narmer en un fragmento de cerámica de una vasija de vino, en Tell Ibrahim Auad.
Sellos cilíndricos, en Naqada, delta oriental del Nilo y en el sur de Palestina.

Su nombre se ha encontrado en muchos lugares del Alto Egipto y Bajo Egipto:
En el valle de Nilo, en el Delta, en los desiertos occidentales y orientales.

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