Desde luego que es un resumen exhaustivo de las interesantes cartas de Amarna, y todas nos muestran la clase de política que se ejercía en el siglo XIV y XIII antes de Cristo desde el punto de vista de quien hizo el resumen. Especialmente me interesan las últimas cartas. Todas las personas no vemos lo mismo cuando miramos un objeto: ante el cuadro de un maestro uno se fijara en un detalle y otro se fijara en algo distinto, aunque se trate del mismo cuadro. Por eso es bueno llegar a conclusiones con el cuadro completo, no ante la foto de una esquina del cuadro. Yo voy a completar la extensa información de Netcheru con la aportación de algunas cartas de Amarna traducidas completamente, no resumidas, y sobre toda esa información resaltaremos los detalles que interesan para nuestra historia.
Ciertamente que las cartas de Amarna son muy interesantes, nos dicen cuál era el trato entre los gobernantes de hace 3500 años atrás. El archivo oficial de Amarna nos ha llegado prácticamente intacto, y al parecer consiste básicamente en tablillas cuneiformes escritas en acadio. Son cartas dirigidas a los faraones Amenofis III y Amenofis IV o Akenatón.
Esas 379 tablillas o cartas han servido para que muchos estudiosos emprendieran diferentes estudios sobre el mundo antiguo, así es como vemos, por ejemplo, que la situación en Canaán durante los días del faraón Akenatón era de una especie de abandono por parte del faraón. Esto propiciaba que grupos incontrolados de individuos les hicieran la vida difícil a los pequeños reinos cananeos, que eran vasallos de Egipto, por eso vemos que en algunas de las cartas esos reyes le solicitan al faraón tropas para defenderse. Algunas peticiones de socorro fueron exageradas hasta el extremo de decirle al faraón que “las tierras (ciudades estado) estaban perdidas”, pero es evidente que no estaban perdidas puesto que los diferentes reyes cananeos pudieron escribir las cartas y todavía estaban gobernando. En este punto de la historia aparece un grupo que los reyes cananeos llaman habirú en sus cartas, y que en los documentos egipcios aparecen con el nombre de apirú, según los reyes cananeos esos habirú estaban saqueando las tierras del rey, del faraón.
Aparte de lo susodicho, en las cartas también se aprecia una especie de rivalidad entre algunos reinos cananeos, ya que en las cartas que todos ellos se van cruzando con Akenatón no paran de defenderse de lo que han dicho o hecho los unos contra los otros, es como si buscaran el favor o arbitraje del faraón para sí a expensas de los otros.
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