La Piedra Rosetta.
En el
museo, cerca de la entrada, a mano derecha se encuentra una copia de la piedra Rosetta. A pesar de ser una copia del original siempre se encuentra rodeada de gente, todo aquel que visita el
museo se detiene a contemplar esta piedra negra. Mediante su traducción, hoy en día se leen los
jeroglíficos. Pieza fundamental en la egiptológica.
Durante la ocupación de Egipto por Napoleón Bonaparte en el año 1799, cerca del pueblo de Rashid (llamado por los franceses Rosetta), el capitán francés Pierre Françoise Bouchard descubre una piedra que contiene tres tipos diferentes de escritura.
Cuando los franceses se disponían a enviar a Francia la piedra, el ejército inglés liderado por el general Hutchinson confisca la piedra tras la derrota del ejército francés. Pese a las protestas de Étienne Geoffroy Saint-Hilarie, la piedra se traslada al
museo Británico en Londres, donde es expuesta en el año 1802.
En la piedra aparece grabado un decreto de los sacerdotes de Menfis, con motivo del ascenso al trono de Ptolomeo V Epifanes. El texto está escrito en Griego, en la escritura de la gente Demótica, y en el lenguaje de los dioses los
Jeroglíficos.
En Londres, Thomas Young se dedica a traducir la piedra. Publica en la Enciclopedia Británica sus hallazgos y conclusiones, sin llegar a poder descifrar los
jeroglíficos.
En Francia un joven llamado Jean Françoise Champollion, dotado de una gran facilidad para las lenguas orientales, conoce en un viaje a Grenoble (1801) a Fourier, miembro de la expedición de Napoleón a Egipto, este posee una colección de antigüedades egipcias. Se especula sí a raíz de esta visita se despierta en Champollion el deseo de traducir los textos de la Piedra Rosetta.
En 1822, Champollion publica un informe con una tabla de signos fonéticos, en la cual descifra varios cartuchos y defiende la idea de que los
jeroglíficos son de naturaleza alfabética. Más tarde llega a sus manos una copia de los cartuchos que aparecen grabados en el obelisco de Filé, el cual, W. J. Bankes se llevó de Egipto a Dorset en Inglaterra, para ponerlo en el jardín de su casa. Bankes repartió copias de los cartuchos para los investigadores de jeroglíficos.
Con estas copias Champollion coteja los signos de unos y otros para saber o demostrar que los jeroglíficos son o no alfabéticos. Comprueba que los signos corresponden a Ptolomis (Ptolomeo) y se repiten en Cleopatra. Descifra el cartucho de Alksentrs (Alejandro).
Champollion recibe un cartucho más antiguo de manos del arquitecto Huyot, esto transcurre en noviembre de 1822. El final del texto son dos letras SS, el primer signo representa el sol, que en copto es Ra y lo traduce por “ Ra……ss “, el signo central lo traduce al copto por MS o Mas, tras lo cual traduce el cartucho por RA MAS SS, Hijo de Ra, el sol, Ra le engendró. RAMSSES.
Champollion llega a la conclusión de que los jeroglíficos no solo tenían valor fonético, si no que eran una combinación de escritura de tipo alfabético y fonético. Todo ello queda reflejado en su tratado “Precisiones al Sistema Jeroglífico”.