contacta Unete Artículos Noticias Historia egipcia información al viajero

FOROS   |   VIAJEROS    |    OPINIONES   |   EGIPTOLOGÍA    |   EGIPTOPEDIA   |   EGIPTOGUÍA   |   FOTOS   |   VIDEOS   |   BUSCAR


Inicio    GALERÍA FOTOS    TUS CRÍTICAS      TUS VIDEOS
Retroceder   Foro Egipto: Viajar e Historia de Egipto > Foros de Egipto > Civilizacion egipcia


Civilizacion egipcia Foro de la EGIPTOPEDIA sobre historia, arte y cultura del Antiguo Egipto; pirámides, momias, dioses ..

Temas Similares
Tema Autor Foro Respuestas Último mensaje
Documentación Del Templo De Debod. loidda Noticias Egiptología 9 15-08-2011 04:21:06
Un Egiptólogo Cataloga Todos los Grafitis Del Templo de Debod de Madrid Nhefertari Otras noticias de Egipto 2 12-04-2011 16:06:55
Descubren Dos Estatuas en un Templo Del Faraón Amenhotep III en Luxor Nhefertari Noticias Egiptología 1 17-12-2010 13:48:03
Normas de Egiptoforo.com y política de privacidad (lectura obligada) Ciro Civilizacion egipcia 1 14-04-2007 20:45:09

Respuesta
 
Bookmark and Share Herramientas Desplegado
  #1  
Antiguo 18-12-2016, 22:10:57
Avatar de Nhefertari
Nhefertari Nhefertari is offline
Zarpando rumbo este hacia oriente...
-Veces que he dado las gracias: 23.102
-Me han dado las gracias 37.862 veces en 16.508 mensajes
 
Ubicación: Frente a los Colosos, Abu Simbel
Mira las fotos de Egipto de Nhefertari Mis 2.247 fotos de Egipto

Predeterminado El Templo de Tutmosis III en Gurna. Los Nuevos Hallazgos de la Misión Española

La nueva vida del templo del faraón guerrero

•Sobre los escombros del que fuera el templo de uno de los monarcas más poderosos del Antiguo Egipto han comenzado a resurgir nuevos tesoros

•Como un cartonaje de colorida decoración recuperado tras un delicado y arduo rescate

•El equipo español responsable de los hallazgos espera poder poner en marcha un museo al aire libre




Templo de Tutmosis III
Copy Nhefer


Cita:
Dominado tal vez por la misma megalomanía que padecen los políticos de hoy, Tutmosis III -el faraón guerrero que amplió los dominios del Antiguo Egipto hasta limites jamás alcanzados- tampoco perdía ocasión de firmar las grandes obras que alumbró su mandato.

"Cuando el monarca decidió construir el templo se celebró la ceremonia del estiramiento de la cuerda. Se realizó por la noche y orientada por las estrellas. Estiraron una cuerda que sería simbólicamente el eje del templo y se señalaron cuatro lugares en los que, una vez excavados, fueron depositadas piezas que traerían suerte a la edificación", cuenta la egiptóloga española Myriam Seco a las puertas del templo funerario de Tutmosis III, plantado entre los campos fértiles regados por el Nilo y la pedregosa y agujereada colina de Qurna, en la orilla occidental de la actual Luxor. En su vasto perímetro, que se extiende a lo largo de 100 metros de ancho y 150 metros de largo, la misión que a las órdenes de Seco horada sus entrañas desde 2008 ha hallado las primeras piedras que depositó el rey durante tan singular y solemne ritual.

"Se solían colocar en las esquinas y es un pequeño tesoro. Hemos encontrado unos monolitos de granito, cuarcita y arenisca, los materiales usados en el templo. Los cuatro de mayores proporciones tienen el cartucho del soberano y la inscripción: 'Tutmosis III en su templo del oeste en el día del estiramiento de la cuerda", detalla la arqueóloga.

Valiosos hallazgos

Es mediados de diciembre y la expedición apura sus últimos días. Las cuadrillas de obreros se desparraman aún por las ruinas del templo de Millones de Años (como se denomina a los templos funerarios del Imperio Nuevo) dedicado al apodado 'Napoleón egipcio' (1490/68-1436 a.C.). Las nueve campañas han ido desempolvando un recinto extraviado en mitad de la antigua Tebas faraónica. "Es un templo en ruinas que nos ha permitido acceder a una serie de informaciones muy valiosas como su cimentación", subraya la sevillana mientras observa al menguado ejército de trabajadores que, enfundado en "galabiyas" (túnicas), reconstruye la rampa del primer patio, mutilado hoy por el asfalto de la carretera que cruza a unos metros.

"Es la rampa que conducía a la tercera terraza del templo. Estaba construida de adobe y recubierta de losas de piedra", explica la directora de la misión antes de internarse en el laberinto.

Cuadrícula a cuadrícula la edificación va desvelando sus secretos. Al cruzar los muros de adobe -remontados sobre los originales-, la mirada se pierde en los ocho hoyos -cuatro a cada lado de la rampa- que carcomen el suelo del segundo patio. "Son ocho maceteros. Es un agujero de nueve metros de profundidad en la roca madre que llega hasta la capa freática. Los rellenaban de tierra fértil y estaban rodeados de adobe. No requerían riego", arguye Seco, capaz de imaginar la fronda perdida. "En uno de los huecos hallamos restos de raíces y hojas secas que corresponderían a una persea, el árbol sagrado de los egipcios".

A ras de suelo, el templo parece un universo cuasi inabarcable que cada otoño auscultan una treintena de expertos -la mayoría españoles- y 150 obreros en busca de los restos del naufragio. "Estamos reparando una deuda. Que el templo de una figura de tal trascendencia histórica no estuviese excavado era algo que no encajaba", replica el también egiptólogo y miembro del proyecto Javier Martínez Babón. "Tutmosis III es uno de los faraones más fascinantes y éste su templo de eternidad".

Martínez Babón habla del desagravio pendiente entre los muros de una estancia construida fuera del complejo y en presencia del último paciente rescatado de los enterramientos que se extienden bajo tierra. El recién llegado, socorrido hace tan solo unas semanas, es una momia cubierta de un espléndido cartonaje. "Es lo más bonito que he visto. La policromía es magnífica", confiesa feliz el especialista. Poco se sabe a ciencia cierta del difunto, un tal Amon Renef que portaba el título de "Sirviente de la Casa Real".





Cartonaje de Amon Renef, hallado en el muro perimetral sur del templo.


"Tenemos que investigar el título para tratar de precisar el cargo. Sería probablemente un funcionario de rango medio", avanza Martínez Babón. La primera radiografía del finado ha arrojado luz sobre su interior: "Las termitas han devorado los soportes de madera del cartonaje. Solo quedan las vendas que recubren la momia. Ni siquiera hay amuletos". A juicio del académico, el despliegue simbólico dibujado en el cartonaje disculpa el vacío que reina en su interior. "En realidad, lleva encima todo lo necesario para un exitoso tránsito hacia el mas allá. Están, para empezar, la protecciones invocando al sol como el escarabeo, que es el sol de la mañana, y el carnero, que representa al sol del atardecer". Residen, además, en su colorida piel las diosas protectoras Isis y Neftis con sus alas desplegadas; los cuatro hijos de Horus encargados de custodiar las vísceras del difunto o los halcones protectores. "Hay un detalle muy emotivo en su tumba. En la parte hundida del sarcófago hemos recuperado los restos de una guirnalda de flores y hojas secas que debía ser el postrero acto de cariño de alguien hacia el difunto. Es el toque sentimental", concluye.

De la odisea que arrancó a Amon Renef del subsuelo, más allá del muro perimetral sur, levantan acta sus protagonistas, las restauradoras Inmaculada Lozano e Inés García. "Fue una hazaña", corrobora Lozano. "La tumba -agrega- era muy angosta y nuestra mayor preocupación era que nos fallara el cuerpo y el cartonaje resultara dañado". Durante ocho días y en intervalos de diez minutos ambas prepararon el regreso a tierra del funcionario. "Lo primero fue retirar los fragmentos del sarcófago que, salvo cabeza y pies, había sido comido por las termitas. Luego lo limpiamos con una perilla de aire y lo cubrimos de gasas", apunta García. El auxilio definitivo resultó la misión más azarosa. "Parecía un rescate de alta montaña", evoca Lozano. Una vez fuera del nicho, el cartonaje recobró el hálito con una pasta a base de dióxido de silicio y adhesivo inyectada sobre las diminutas perforaciones realizadas por las termitas en su repliegue.

La sepultura de Amon Renef se suma a una larga retahíla de enterramientos localizados en un recinto y aledaños escudriñados fugazmente a finales del siglo XIX y principios del XX por los egiptólogos Daressy, Weigall y Ricke. "Cuando Tutmosis III levanta aquí su templo esto era ya una necrópolis. Hasta ahora hemos excavado 25 tumbas", recalca Seco apostada en la esquina noroeste. Sobre el muro se ha localizado un tumba de época tardía con tres estancias subterráneas con un centenar de momias hechas trizas y una bella colección de varias decenas de amuletos. "Las habitaciones fueron saqueadas y las momias quemadas y despedazadas. Lo que encontramos parecían escenas de una película de terror", comenta la "mudira" (directora, en árabe), a cargo de un intrincado plano en el que se superponen épocas y yacimientos.

"Los enterramientos ubicados debajo del templo son del final de la XII dinastía. Allí localizamos las tobilleras de plata y los brazaletes de oro que nos indican el elevado estatus de sus dueños. En el exterior del muro sur, la de Amon Renef es una de las tumbas del tercer período intermedio. Y en el lado opuesto, más allá del muro norte, nos hemos topado con un promontorio de tumbas más humildes de la dinastía XI.





Unos obreros en "galabiya" (túnica) excavan en el área externa del norte del templo de Tutmosis III, donde se han hallado un vertedero de cerámica y un tumba con cien momias.


De momento, solo hemos estudiado una parte de la colina en la que fueron enterradas varias mujeres con un reposacabezas, un espejo y tres mesas de ofrendas de cerámica".

Una sucesión de necrópolis que juntas se extienden a lo largo de más de 1.500 años de historia. En la superficie, entretanto, María Franco colecciona los objetos que rememoran el culto que albergó el páramo -excavado parcialmente en la montaña- en épocas de Tutmosis III, el "hereje" Ajenatón y Ramsés II. "Mi objetivo es precisamente explicar cómo funcionaba el templo, su día a día", esboza la joven, quien prepara su tesis en la universidad alemana de Tübingen centrada en este inventario. "Hay desde elementos piadosos como los exvotos de terracota que llevaría la gente hasta estelas a modo de vínculo del faraón con la divinidad y las piezas cotidianas como las rasuradoras que usarían los sacerdotes para afeitarse la cabeza, las sandalias e incluso las herramientas empleadas para arreglar y conservar el templo".

El sueño de un museo al aire libre

De rescatar la memoria que guardan las ruinas también se ocupa Linda Chapon, a punto de concluir una tesis sobre la arenisca que una vez habitó las paredes del templo. "Hay documentados unos 6.400 fragmentos sin contar los de esta campaña. Algunos aportan mucha información y otros son un signo o una línea. Los más pequeños apenas tienen cinco centímetros y se hallaron extramuros entre los desechos de las excavaciones del siglo XIX y XX", precisa la historiadora, becada también por el proyecto. "A partir de la base de datos trato de reconstruir por ordenador lo que se puede. Calculo que he logrado entre el 15 y 20% de todo lo que había en los muros", añade.

Su ardua labor coincide con el sueño de Seco: transfigurar las tres terrazas en una muestra al aire libre. "De todo esto, que fue una vez un montículo de arena, queremos hacer un museo en el que el visitante pueda imaginar la planta y el significado de este templo, que fue además un lugar económico y administrativo", revela la directora de la expedición mientras deambula allende el muro norte. A unos metros, los últimos obreros cruzan una de las áreas ganadas al desierto.

"Este era el basurero del templo. En esta campaña hemos retirado entre dos y tres metros de cerámica rota. La gente venía con su jarra y, una vez realizada la ofrenda, la arrojaba en este lugar", señala el rostro de uno de los proyectos más veteranos de la egiptología española, financiado por el Banco Santander, la Fundación Botín, la compañía mexicana Cemex y la fundación sevillana Cajasol.

Una singladura que ha lavado la cara de una desconocida porción de la necrópolis tebana y que ya barrunta final de travesía. "Podríamos estar aquí 30 años pero un proyecto no puede ser eterno", opina Seco, quien calcula que se necesitarán tres años para echar el cierre definitivo a las excavaciones. "El proceso para musealizar el complejo -apostilla- nos llevará siete u ocho años más. Nos queda, además, mucho material por publicar". Fascinado por la hoja de servicios de "Tutmosis el Grande", Martínez Babón reconoce que las pesquisas reunidas en patios, peristilo, sala hipóstila y santuario han ayudado a "matizar" la biografía del general.

"Hemos ampliado su conocimiento con detalles como el hallazgo de evidencias de sus campañas asiáticas en su templo. Lo cierto es que no esperaba encontrar tanto y en tan buenas condiciones".





Las restauradoras Inmaculada Lozano e Inés García junto a Myriam Seco y Javier Martínez Babón posan con el cartonaje de Amon Renef, hallado durante esta campaña

http://www.elmundo.es/ciencia/2016/1...50a8b45c9.html
__________________
Nefertari Merit en Mut
La Esposa Dulce de Amar hmt bnrt mswt. Aquella por la que el Sol Brilla
No estoy sola, después de todo, viviré eternamente…

Última edición por Nhefertari fecha: 19-12-2016 a las 08:05:02. Razón: Quitar i de mas
Responder Con Cita
Esta persona le da gracias muy sinceramente a Nhefertari por esta buena aportación o artículo:
  #2  
Antiguo 02-01-2017, 16:19:50
Avatar de Nhefertari
Nhefertari Nhefertari is offline
Zarpando rumbo este hacia oriente...
-Veces que he dado las gracias: 23.102
-Me han dado las gracias 37.862 veces en 16.508 mensajes
 
Ubicación: Frente a los Colosos, Abu Simbel
Mira las fotos de Egipto de Nhefertari Mis 2.247 fotos de Egipto

Predeterminado La enésima vida del templo de Tutmosis III

La enésima vida del templo de Tutmosis III

El equipo liderado por la arqueóloga española Myriam Seco culmina con éxito en Luxor la novena campaña


Estatua erguida de Tutmosis III
Grauvaca
Museo de Luxor
Copy Nhefer



Cita:
Cuando la arqueóloga sevillana Myriam Seco comenzó, hace ya nueve años, sus excavaciones en Luxor, apenas parecía quedar nada del templo funerario de Tutmosis III, convertido en una colina llena de piedras. En la orilla oeste del Nilo, y frente al pico Qurna, se había levantado una vez el Templo de Millones de Años del faraón conocido como «Napoleón egipcio», pero nadie lo había investigado a fondo. Arqueólogos hicieron una tentativa en 1906, para después abandonarlo. En las manos de Seco y su equipo, el yacimiento ha demostrado ser fecundo como nadie esperó: el templo y varias necrópolis abarcan más de 1.500 años de historia del Antiguo Egipto.

«No esperaba que iba a ser tan rico. Era un descampado lleno de basura», comenta Seco mientras guía el camino a través de los muros de adobe que perimetran el templo donde se afanan durante tres meses una veintena de expertos de diferentes especialidades, así como más de 150 trabajadores locales. Si en su primerísima semana, allá en 2008, encontraron una suerte de almacén donde los arqueólogos anteriores habían acumulado decenas de fragmentos de muros y relieves –«fue como una señal»- la campaña de 2016 acabó con un muy buen sabor de boca: en noviembre encontraron un bellísimo y bien conservado cartonaje de momia e investigan ahora un complejo funerario que guarda más de una decena de momias en su depósito.

El descubrimiento de la tumba con el cartonaje, que el equipo estima provisionalmente en el Tercer Período Intermedio, amplía aún más los años de vida del yacimiento, que comienzan con una necrópolis de fosas simples y humildes (dinastía XI) y una segunda necrópolis justo bajo el suelo del templo, con tumbas de pozo y pasillo (Imperio Medio, dinastías XII y XIII). «Prefería un templo, y al final salió una necrópolis», bromea Seco, afincada en Egipto.


Imagen aérea de la zona de excavación- Tutmosis III Temple Project


Así era el templo

Con gestos y un torrente de explicaciones, la egiptóloga dibuja cómo era el templo; un pilono de adobe, al otro lado de la carretera del siglo XX, y una muralla de adobe encalada en blanco. ¿Cómo se sabe que era blanco? Seco muestra una zona donde todavía se conservan restos de las diversas capas de cal que lo pintaron. Tras él se avanza hasta un segundo patio: en su momento, ocho árboles persea ofrecieron algo de sombra. En una campaña anterior, Seco encontró hojas, raíces y tierra fértil en los agujeros, de más de 9 metros de profundidad. Ha pedido permiso para volver a plantarlos, que de momento le ha sido denegado, aunque insistirá: el uso de árboles le da al templo una característica bien distinta a los de otros, diseminados a la orilla del río Nilo. Una rampa daba acceso a una nueva plataforma, flanqueado por un pórtico de estatuas –quedan sus bases– precediendo al peristilo, capillas y santuarios. Los relieves de arenisca que adornaban las paredes, aún hechos pedazos, cuentan la historia de Tutmosis, el «Napoleón egipcio», por sus campañas militares, desde sus cacerías de elefantes en Asia (área de la actual Siria) hasta la pleitesía de los nubios del sur.

A lo lejos, se oye el esporádico «clinc-clinc» del equipo de trabajadores que talla la piedra caliza que se colocará en parte del suelo, reconstruido para que los turistas puedan imaginar cómo fue el templo. «¡Alhamdulilah! (Gracias a dios)», gritan cuando logran desplazar una pieza especialmente grande.

El proyecto de convertirlo en un museo, que el equipo de Seco tuvo muy presente desde el principio, empieza a dibujarse y deja ver lo que será en 7-8 años: un puzle de épocas conviviendo en una misma parcela, un museo al aire libre donde el turista «caminará sobre los muros» de adobe y podrá asomarse a las tumbas del patio. Sobre el muro original, han levantado una «hilada de sacrificio» que realza el elemento arquitectónico, hasta entonces devorado por la arena. La ingenua incredulidad de que muros tan altos hayan logrado preservarse resulta injustificada cuando Agustín Gamarra, «el experto adobero», muestra hasta dónde llegaba el último ladrillo de barro original conservado. En el exterior del templo, una charca de barro y la sabiduría de los locales son la génesis de los nuevos ladrillos de adobe «fabricados con los mismos materiales»: barro, paja (utilizan fibras largas, de caña de azúcar) y secarse al sol.

Siguiendo el «libro» de los perfiles estratigráficos, los arqueólogos rastrean los distintos niveles del suelo, que permiten seguir las sucesivas vidas del templo, centro religioso pero también económico e, incluso, residencial.


Detalle de una de las piezas halladas en el templo decorada con jeroglíficos


Dinastía XVIII

El templo, de la dinastía XVIII e iniciado en los años de la Hatsheptut, corregente del entonces faraón niño, tenía mucha actividad, como demuestran los miles de vasijas de ofrendas desechadas junto al muro exterior, el particular «basurero» del complejo. Se mantuvo en activo casi los 50 años de gobierno de Tutmosis III, pero también durante el reinado de su hijo, Amenofis II. El equipo de Seco ha encontrado además unas habitaciones anexas, esta vez de época ramésida (dinastía XIX). Precedida por un dintel y una jamba blanca decorada –cuya copia se puede ver in situ, el original está en el museo de Luxor, donde también se exhiben joyas, marfil y cuchillos mágicos encontrados en las tumbas– está la casa de Jonsu, «sacerdote de Menkheperrá» (Tutmosis III).

«Con el descubrimiento de esta casa, aclaramos un enigma histórico. Jonsu fue sacerdote en tiempos de Ramsés II que ejerció en el propio templo de Tutmosis III», señala Javier Martínez Babón, epigrafista y egiptólogo de la excavación, lo que demuestra que, más de una decena de faraones después, seguía habiendo actividad religiosa en el complejo. Una vez abandonado e incluso saqueado por otros faraones, que se fueron llevando las piedras, el yacimiento alojó sucesivas necrópolis de periodos más tardíos (dinastías XXI-XII y dinastías XXV-XXVI).

Bajo una sombrilla, Babón se afana en documentar cada pieza «con algo de relevancia» que escupe el yacimiento. Resulta, según dice y se puede apreciar, «un trabajo ingente». La riqueza del yacimiento provoca que las ramas de investigación, más allá de la mera excavación, se multipliquen. Durante los tres meses de campaña conviven epigrafistas, arqueólogos, restauradores y gente de la rama de Bellas Artes y documentación. El proyecto cuenta con un convenio con la Universidad de Granada y con la Universidad de Tübingen (Alemania), segunda alma mater de Seco. Se estudia y se restauran las estructuras y las tumbas, pero también se pone un ojo en las momias encontradas, más de un centenar desde que comenzaron la excavación en 2008, financiada por la Fundación Botín, Banco Santander, Cemex y Cajasol.

«El templo está volviendo a la vida», aprecia el arqueólogo Ibrahim Noureddine, antes de adentrarse de nuevo en el pozo que conduce a «su» tumba. Con una riqueza que pocos esperaban, Thutmose III Project «es un proyecto que ha adquirido una dimensión muy notoria. Era un pedregal, no se veía absolutamente nada. Da mucha satisfacción verlo ahora», rezuma entusiasmo Babón. El 15 de diciembre, Seco echó el cierre a la novena campaña. Le esperan otros 9 meses de investigación y publicación del infinito material hasta regresar, un año más, a Luxor.



El Napoleón egipcio

Tutmosis III, faraón de la XVIII dinastía, llegó al trono egipcio apenas a los 9 años de edad, tras la prematura muerte de Tutmosis II. La esposa de su padre, Hatshepsut, no quiso limitarse a ejercer de regente: cuando Tutmosis era todavía un adolescente, Hatshepsut lo apartó a un lado y se nombró faraón con pleno derecho. No fue hasta la muerte de la reina años después cuando Tutmosis III pudo sentarse cómodamente en el trono egipcio. Durante sus casi 60 años de reinado, Tutmosis III organizó 17 ambiciosas campañas militares que ampliaron y consolidaron el imperio egipcio hacia el sur, sometiendo a los nubios, y hacia el este. Los carros de guerra de Tutmosis cruzaron el Eúfrates y recorrieron Siria, Palestina y Líbano. Con los ingresos de sus conquistas construyó numerosos templos y obeliscos cuajados de imágenes de sus victorias militares. Recibió el apelativo de «El Grande».

La enésima vida del templo de Tutmosis III

Última edición por Nhefertari fecha: 02-01-2017 a las 16:21:57.
Responder Con Cita
Esta persona le da gracias muy sinceramente a Nhefertari por esta buena aportación o artículo:
Respuesta


Herramientas
Desplegado

Normas de Publicación
no Puedes crear nuevos temas
no Puedes responder a temas
no Puedes adjuntar archivos
no Puedes editar tus mensajes

El código vB está habilitado
Las caritas están deshabilitado
Código [IMG] está habilitado
Código HTML está deshabilitado
Saltar a Foro

FOROS   |   AYUDA A VIAJEROS    |    OPINIONES DE VIAJEROS   |   ANTIGUO EGIPTO    |   EGIPTOPEDIA   |   EGIPTOGUÍA   |   FOTOS   |   BUSCAR


La franja horaria es GMT +1. Ahora son las 00:44:46.


Powered by: vBulletin
Derechos de Autor © 2010, Jelsoft Enterprises Ltd.
Egiptoforo.com © Ad Management by RedTyger