Es verdad Ciro, tienen mucho vigor aún en nuestros tiempos éstas palabras, y yo creo que es debido al alto grado de la sensibilidad que caracteriza a los seres humanos frente a la desesperación de ver de frente la cara de la injusticia y a pesar de tener toda la voluntad para luchar contra ella, estar sin embargo imposibilitado porque la corrupción está tan generalizada que es imposible luchar prácticamente solo frente a estas poderosas maquinarias que compran las conciencias a veces por necesidad, a veces por sinvergüenzas nomás. Como dice el viejo refrán... “todo hombre tiene su precio… solamente hay que dar con él”.
Son temas tan actuales como lo fueron hace veinte años atrás, dos siglos, veinte siglos, y quién sabe cuándo tuvo arraigo este tipo de actitudes en el espíritu humano. Te cuento que yo tengo un cuento muy simpático del “el primer estafador” (que uso otro calificativo no muy subido pero por consideración a la decencia no lo pongo acá) y que se remonta a mi manera de ver a la época de las primeras aldeas agrícolas. Hasta ahí todo iba caminando excelentemente, tanto así, que encontramos en el principio del predinástico (por ejemplo en Egipto), que las tumbas no estaban socialmente estratificadas como lo estuvieron sucesiva y progresivamente en períodos posteriores. O sea, la estratificación social no estaba tan marcada y significa que había una igualdad entre los individuos. Como la cosa iba bien, resultó ser que la aldea empezó a crecer y tuvo alimento suficiente para todos y hasta un saldito por si las dudas. Además, lo que podía conseguirse con la pesca, la caza y la recolección, complementaban a las mil maravillas la producción. Todos felices y contentos, y con tiempo ya para poder pensar en algo más que no fuera conseguir de manera forzada el diario sustento, entonces los seres humanos comenzaron a pensar en otras cosas. Pudieron ser libres de imaginar y entonces se comenzó a desarrollar ideas religiosas, filosóficas (o pre filosóficas como mejor quieran) y empezaron a perfeccionar los rudimentos primitivos que tenían del arte prehistórico, comenzando a crear objetos que acabarían en algunos casos como altos exponentes en la historia del arte.
Pero como la felicidad no dura para siempre, resulta entonces que un fulano ciudadano “hijo de la mismísima prehistoria” se le ocurrió la feliz idea de comenzar a “acaparar” la producción de dichas aldeas. Como resultado tuvo que por medio del trueque les dio chucherías a cambio de alimento. Con eso pudo fundar lo que podríamos considerar como la “primera ciudad” y por lógica él era el gobernante. Consiguió gente a la cual alimentó y como esa gente no tenía que andar sembrando, ni cazando, ni pescando, ni nada de eso, se sintieron muy a gusto. “Vivo, como y lo único que tengo que hacer es someterme a este fulano”.
Entonces fue sometiendo a uno tras otro y les fue dando cierta medida de poder sobre los más infelices, y todos sabemos que no hay calaña peor de seres humanos que aquellas “personas” que con un poquito de poder que les viene de “arriba” abusan con los más indefensos (¿no nos suena conocido?).
De esta forma fue creando una estructura “social y estratificada” muy a su medida, y pronto, se vio rodeado de lacayos que por mantenerse en ese estatus hacían “lo que fuera”. Así creó su cuerpo de milicias y de servidores que no solamente le ayudaron a mantenerse en el rol de gobernante, sino que acabaron por destruir la independencia de las aldeas agrícolas, las cuales sometieron aludiendo que esos territorios les pertenecían, y como la fuerza puede más que la razón… hoy somos nosotros los herederos de tan lamentable desviación de una historia que había comenzado muy prometedora. Por desgracia en la prehistoria no tenían un ente como nosotros hoy en las Naciones Unidas (o por suerte).
Ojo, que no estoy haciendo un tratado político ni nada que se le parezca, porque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, no sea cosa que agarren mis palabras como ejemplo, ya que no estoy de acuerdo con los ejemplos actuales y que no dejan de ser tandespiadados los unos como los otros, y es por eso que esas enseñanzas antiguas nos repercuten en nuestro interior, cuando vemos reflejados los sentimientos de personas a las cuales ni remotamente conocíamos, sino algunas líneas que nos legaron en tiempos tan lejanos, y que sin embargo nos suenan tan familiares como si estuviésemos hablando con un vecino o un amigo. La humanidad comenzará a ser humanidad cuando el ser humano comience a ser “humano”.
Digo ojo de nuevo, no crean que trato de volcar ideas personales, más bien sencillamente interpreto de manera racional, analítica e imparcial, como cualquier arqueólogo lo haría con las evidencias que nos llegan a través de los tiempos, y que al parecer darán pasto en el futuro para seguir con este bendito tema. Y si no disóciense e imaginen que son seres venidos de otra galaxia. Que son una estirpe avanzada, “civilizada” y muy observadora. Entonces encuentran una enciclopedia de Historia de la Humanidad y se la leen de cabo a rabo. Van a ver cómo quedan horrorizados. Ciertamente el ser humano ha hecho cosas muy buenas (hermosas en algunos casos puntuales), pero generalmente de manera individual e independiente. Cuando lo hace de forma colectiva o masiva… zás… pone la torta.
Última edición por Iwenmutef fecha: 26-02-2012 a las 18:04:13.
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