En la Biblia, en la época de José y del faraón Akenatón (?), se emprendieron obras publicas con el propósito de obtener más rentabilidad al campo. Parece ser que la zona conocida como Faiyum, en el margen occidental del Nilo, es un vergel ya desde muy antiguo, y lo es gracias a un canal que conduce el agua desde el Gran Río hasta esa zona. De otro modo, este lugar sería tan yermo como el desierto circundante. El nombre con el que se conoce este canal es “Bahr Yusuf”, que traducido significa “Canal de José”, y entre muchos egipcios de la actualidad circula la tradición de que este canal fue mandado construir por el bíblico José. En cualquier caso, ningún otro personaje de la dilatada historia egipcia se atribuye la construcción de este largo canal. No obstante, no es del aspecto bíblico que hoy quería hablar, hoy quería considerar un poco la historia de los canales en Egipto, sí, porque la historia de los canales egipcios es muy, pero que muy antigua.
Desde la remota antigüedad los egipcios comprendieron la importancia de los contactos comerciales y de mantener asequibles estos lugares: por el Mediterráneo hacia el norte, hacia Biblos, y por el mar Rojo hacia el país del Punt. Por lo tanto, una línea de comunicación abierta entre ambos puntos era de suma importancia, o eso o costear toda África en un viaje de unos tres años de duración. Parece que fue en la dinastía XII, bajo los reinados de Hatshesut y de Tutmosis III, que parte del uadi Tumilat fue utilizado como vía comercial.
Este famoso canal iba desde la ciudad de Bubastis, junto al desaparecido brazo Pelusiaco del Nilo, y llegaba hasta la ciudad de Pi-Atum, aunque desembocaba algunos kilómetros más allá del este de la ciudad, ya muy cerca del lago Timsah, en el lado oriental del Delta y cerca de los Lagos Amargos. Alrededor del año 1200 antes de Cristo Ramsés II amplió el canal unas cuantas decenas de kilómetros, en un esfuerzo por que los barcos del mar Rojo alcanzasen fácilmente el Nilo, pero se detuvo en los alrededores de Timsah porque unas mediciones erróneas dijeron que la altitud entre el Mediterráneo y el mar Rojo provocaría un desastre.
Siglos más tarde, el faraón Necao intentó nuevamente unir el lago Timsah con los Lagos Amargos y así alargar la deseada conexión entre el mar Rojo y el Nilo, pero un oráculo le advirtió de que eso sería poco menos que dejar la puerta abierta a los enemigos. Fuera como fuese, el caso es que experimentaron graves dificultades durante este intento y perecieron varios miles de trabajadores durante los trabajos.
El rey persa Darío I, conquistador de Egipto, consiguió acabar todo el trazado del canal. Mandó ampliarlo, mandó dragarlo, y en las orillas construyó un camino de sirga para que remolcaran las naves con
ayuda de cuerdas. Se informa que los primeros barcos que recorrieron todo el canal en dirección mar Rojo fueron 24 trirremes persas, los cuales se llevaron todo el botín de guerra que pudieron. Pero una vez que los persas se marcharon, a Egipto le quedó una importantísima vía de comunicación que acabó extinguiendo algunas famosas rutas de caravanas de la época.
El historiador Diodoro dejó escrito que en el siglo I antes de Cristo el canal todavía era navegable. Durante los primeros tiempos de la conquista romana el canal quedó cegado e inservible, pero el emperador romano Trajano ordenó restaurarlo, momento en que el canal recibió el nombre de “Río de Trajano”. Sin embargo, el mantenimiento fue muy deficiente, y acabando el siglo III de nuestra era el canal ya volvía a estar cegado por las implacables arenas del desierto.
El canal volvió a estar operativo tras la conquista árabe de Egipto, según lo dispuso el Califa Omar, y siguió operativo hasta que Al-Mansur ordenó su cierre definitivo por temor a imprevistas invasiones de enemigos. Egipto perdió de ese modo una importante vía comercial para su desarrollo económico.Le tocó a Fernando de Lesseps, un diplomático francés retirado, convertir en realidad al actual Canal de Suez. Él formó la Compagnie Universelle du Canal Maritime de Suez, la cual iba a controlar el futuro canal por noventa y nueve años desde su finalización. De ahí en adelante el canal volvería al gobierno egipcio. La obra comenzó en 1859, con 25.000 obreros egipcios o fellahin. Más tarde, vinieron obreros de Francia, Italia y de los balcanes. La inauguración del Canal de Suez, el 17 de noviembre de 1869, fue una ocasión de gala. Antorchas iluminaban a las
pirámides. Sobre el canal había una flotilla de sesenta y ocho naves de varias naciones guiadas por el yate de la emperatriz Eugenia de Francia. En Ismailia, el punto medio, el jedive (o virrey) Ismaíl celebró un baile para aproximadamente 6.000 personas. Hubo algunos incidentes, también, como cuando los fuegos artificiales explotaron inesperadamente en Port Said. Además, se tuvo que despachar a unos mil hombres para liberar a una fragata egipcia atascada en el canal. Por supuesto, la cosa importante fue que la “zanja en el desierto” se había llegado a terminar con buen éxito. Era un canal que no requería esclusas para levantar y bajar los barcos, como se hace en el Canal de Panamá.Cuando se inauguró en 1869, el Canal de Suez proveyó una nueva ruta para el viaje de Oriente a Occidente. Acortó en casi 6.500 kilómetros la mayor parte de los viajes de Europa a la India. ¿Por qué? Porque los barcos que usaban esa vía marítima ya no tenían que circunnavegar el Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África. El canal, por lo tanto, contribuyó en gran medida a las economías nacionales y a la expansión del comercio mundial. ¡Egipto ya tenía definitivamente su canal!
ENCUENTRA LO QUE BUSCAS YA! DE FORMA RÁPIDA Y SENCILLA EN NUESTRO BUSCADOR |