Los Del Arco Iris

[Luis Marcos Núñez]

Las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra, que una vez se alzaron en la parte sur-este del mar Muerto (en otra ocasión hablaré de estas ciudades, de su historia y de lo que dice la arqueología), han llegado a ser sinónimo de vicio y depravación, no en vano una de las prácticas sexuales que siempre han practicado algunos grupos se le llama “sodomía”. Mira por donde, en Sakkara, Egipto, no hace demasiados años se descubrió la tumba de dos peluqueros llamados Niankhkhnum y Khnumhotep, y que al parecer se cuidaban de los arreglos personales del faraón Nyuserra allá por los años 2500 a 2350 antes de Cristo. Esto no tendría mayor importancia si no fuera porque las pinturas y relieves de ambos personajes provocan equívocos, puesto que aparecen juntos en actitudes más que sospechosas para tratarse de dos hombres sin sus familias. Al parecer, desde el descubrimiento de esa tumba se ha observado cierta afluencia de turismo gay al lugar, y eso que los guías turísticos insisten en que solo se trata de dos hombres que fueron buenos amigos y no otra cosa. Bueno, esto último es discutible porque podría haber sido posible que ambos hombres fueran amantes, las historias de los pueblos antiguos contienen relatos que van en esa dirección.

La esencia de esta información y las fotos que adjunto proceden de un blog del señor José Luis Santos Fernández cuyo título es TERRAANTICUAE, quien permite su utilización siempre que se diga el origen de la información.

A veces la genética nos juega malas pasadas a algunas personas, esa podría ser una causa de que alguien hubiera recibido un cuerpo “equivocado”, y esto sí que es difícil de solucionar incluso hoy, pero también es cierto que muchos y muchas prueban nuevas sensaciones y termina gustándoles. Sin que yo sepa diferenciar exactamente la frontera entre la genética y las nuevas sensaciones, constato que este es un tema de máxima actualidad tanto en España como en el resto del mundo. El resto de la gente ajena a la cuestión lo puede aprobar o no, pero me temo que vamos a tener que convivir con el tema mientras que no lo solucionen desde las alturas. He querido considerar este tema, porque acabo de leer que en un café público de Madrid, una pareja (hombre y mujer) que estaban sentados en una mesa la han emprendido a insultos y bofetadas contra dos lesbianas que estaban sentadas en la mesa de al lado, que de algún modo habrán tenido que dar a saber lo que eran. Salvo los insultos y las bofetadas que siempre son condenables, dónde empieza la libertad de uno acaba la libertad de los demás, porque hallar un equilibrio entre ambas posturas no es nada fácil en nuestro mundo de hoy. En fin, un problema más con el que tenemos que convivir.

[Ciro]

Pero esto que es!!!!

Mira Luis, supongo que algunos tienen un problema que se llama ignorancia, pero vamos por partes. Este tema por más foto de peluqueros que pongas no tiene relación alguna con la cultura y mucho me temo que es más una declaración ideológica tuya. Eso lo primero.

Y lo segundo es que no sabes de lo que hablas. Primero que la penetración anal es una práctica sexual que tanto la practican parejas heteros como gays desde antes de la existencia de Sodoma y Gomorra y no es más que sexo y por supuesto hay parejas tanto heteros como gays que no la practican porque no les gusta pero no necesariamente por motivos morales, etc.

Lo del turismo gay es una estupidez, el turismo gay no se va a ver tumbas a Egipto.

Has de saber que esto que dices "del cuerpo equivocado" extendido al colectivo gay roza las peores ideologías del siglo XX.
No hay ningún problema a solucionar por parte de dos mujeres que se dan un beso o se muestran cariño en público, el problema lo tenéis los que en eso véis un problema o un límite a vuestra libertad.

Me sobran los motivos para cerrar este tema, empezando por que el título me parece burlesco hacia un colectivo que merece tanto respeto como el pueblo de Israel (para que nos entendamos).

Desafortunado pero tampoco tiene más importancia de la que tiene
De vez en cuando a todos nos sale el ramalazo, a ti el tuyo y a mi el mío