Siempre fue mío, si bien al principio todas las figuritas, el castillo de Herodes, algunas casitas, el puente .... eran heredados de mis tíos y mi madre, pero siempre lo llamarón "
el Belén de la Niña" y yo, claro, me apropie de él y que nadie dijese lo contrario, aunque nadie lo dijo. Ni mi primo el mayor y mucho menos, los siguientes.
Todas las Navidades mis tíos , con algo de
ayuda de mi padre y Abu(elo) montaban un Belén que iba creciendo según yo iba cumpliendo años y comprando figuritas. Por supuesto, se montaba en casa de mis abuelos porque todos convergíamos allí, yo particularmente desde que me daban las vacaciones en el cole, mi primo algo menos pero también, y el resto de familia iban y venían.
Hacían las montañas con escoria que le pedían al "
señor de la calefacción" un hombre muy amable que ya se lo sabia y les guardaba los mejores trozos de diversos tamaños. Los niños y no tan niños, no tocábamos el Belén, no porque nos regañasen sino por un cierto respeto, solo los pozos (mi primo el mayor tenia uno y yo otro) donde la familia nos dejaba el aguinaldo, lo otros primos no tenían derecho a pozo. Bueno yo también movía los Reyes cuando bajaban de las montañas porque llegaba mejor y no me cargaba el "
paisaje" con el brazo.
Tenia algunas particularidades: Herodes oteaba el horizonte desde una torre de su castillo, eso era porque dentro no cabía; los centuriones (dos) que le custodiaban tenían una mano en la lanza literalmente, porque se habia desprendido del brazo y agarraba el alambre tal cual; el niño y el pesebre eran un todo, y cada vez mas todo porque llegó un momento que no se distinguía que era paja y que Niño, al final compramos otro aunque no pegaba mucho con la Virgen y San José; los animales eran mas grandes que las personas, eso era porque los elegía yo y no parecía tener las dimensiones muy definidas, así que habia patos enormes y cerdos que daban para varios jamones; ¡ah! y los Reyes, que llegaban ante el portal la noche del 5 de enero, adoraban al Niño desde los camellos, es que como eran un todo pues no habia tu tía .
Hubo también algunos "
desastres naturales": en una ocasión pusieron una laguna con agua de verdad, y a mi no se me ocurrió nada mejor que echar a nadar un patito, todo normal salvo que el pato era heredado y, por tanto, de barro, y se disolvió ante mi desesperación y el cachondeo general; mis tíos no querían poner luces de colores, preferían las velas que decían que daban mas realismo, hasta que un año se prendió la posada, el año siguiente pusieron luces aunque la posada siguió allí como "
monumento incendiado"; también hubo algunos derrumbes de las montañas, el mas aparatoso afecto a la anunciación del ángel a los pastores que perdió un ala (pero se la pegamos)
Pero llego un día cuando yo tenia 13 años que todo acabó. Hubo una inundación de los trasteros de la casa, allí estaban guardadas las piezas, además a ras de suelo no fuera a ser que sufrieran un accidente y se cayeran ... No se pudo salvar nada, las figuritas se deshicieron, y los puentes, las casa, el castillo, incluso lo que era de plástico quedo machacado e inservible. Me quedé sin Belén
Quisieron empezar a comprar figuras, montar otro, pero yo me negué, estaba enfadada con todo, con el mundo entero, habia perdido mi Belén y no lo iba a recuperar "
Si queréis hacer uno nuevo, perfecto. Pero no contéis conmigo, yo no quiero saber nada" Y no se hizo.
Desde entonces he estado sin Belén, hasta hace un tiempo que me entro el gusanillo, sobre todo al ver los Belenes de mi amigo Capi. Llevaba varias Navidades yendo a la Plaza Mayor a ver si me compraba uno, pero no me convencían, es que no eran "
mi Belén" y volvía a casa sin nada. Pero los Reyes pasados me esperaba una gran sorpresa, Jorge y Silvia me regalaron el portal completo, yo no cabía en mi de gozo, por fin habia empezado a tener un Belén, otra vez.
Hacia tiempo que no escribía en este apartado, espero que nadie se moleste por haber puesto este relato, de unos sentimiento muy hondos, aquí. Creo que puede ser otro cuento, uno de Navidad aunque algo adelantado.
Os presento a mis Reyes fui a Nápoles a por ellos, estas Navidades os enseñaré el resto. Empezamos de nuevo.
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