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Smile - IIIº Periodo Intermedio -

TERCER PERIODO INTERMEDIO : 1070 hasta 655 a.C. (aprox.)

Como sus dos homónimos antecesores, el 3 er. Periodo Intermedio no aventura ni gestas gloriosas, ni época dorada, sino como su nombre indica, presagia hecatombe, violencia, división.

Al igual que los otros periodos anteriores, éste también conduce a Egipto a una transición traumatica, a una transformación insólita hasta ese entonces, de sus constumbres y su vida cotidiana; idealizada por la concepción de pertenecer y vivir en su pais, en dónde nada cambia, ni nada falta para conseguir la satisfacción, el bienestar, la felicidad.

Claramente diferenciado de los anteriores, en cuanto a los motivos que los causaron, este IIIº Periodo Intermedio no puede marcar más paralelismos con sus predecesores, que los nacidos de la soberbia humana, que todo lo emponzoña.

En esta ocasión, su duración se prolongará 415 años -aprox.- suficientes para desconfigurar su geografía y la quimíca entre sus gentes.

En los inicios de la XXIª din, Egipto intentaba sobrellevar su existencia bajo las directrices de hasta tres soberanos coetáneos, a saber:

-RAMSÉS XI, desde Ménfis: el único lugar a salvo de la violencia interna, ciudad-capital consensuadamente respetada de las confrontaciones civiles y militares, y de hasta los saqueos.

Menfis: único santuario de paz, sabiduría y liderato que se reviste de seguridad. Capital custodia de los anales históricos del Registro y Administración del Estado...desde los gloriosos tiempos del Imperio Antiguo.

-HERIHOR, comandante en jefe, sumo sacerdote de Amón en Tébas y Virrey de Nubia. Sucesor de Panhesy y mano derecha del faraón -nadie en mucho tiempo poseía los 3 títulos- facilitó recuperar parte de la calidad de vida, re-estableciendo la seguridad y el libre comercio entre sus gentes.

Y aquella actitud de regeneración, como el fénix, agradó a los Dioses: las crecídas volvieron a producirse muy satisfactoriamente y las gentes se volcaron entusiastamente en las labores agrícolas.

Todos quisieron participar del resurgir y muy singularmente las merodeadoras tribus libias, deseosas de comer, beber y sobrevivir entre las riberas del Nilo. Su presencia constante entre los límites del desierto occidental y los pantanos, era tan temida como las fauces del cocodrilo. Incapaces de poder rechazarlos militarmente, los egipcios debieron admitirlos, primero, como colonos asentados junto a las grandes ciudades y fincas -instalándose con sus vagas pertenencias en los cúmulos de casas deshabitadas- y segundo: asimilarlos progresivamente entre las clases dirigentes.

Los otrora exclusivos artesanos de la Ciudad de la Verdad, deben integrarse al personal del templo de Ramsés III -Medinet Habu-, al igual que otros estamentos vitales del gobierno de Tébas, permanecen recluidos entre las murallas inexpugnables de millones de kilos.

El gran templo de Amón en Tébas, ha sido fuertemente protegido, ante las continuas muestras de caos nocturno. La clase sacerdotal intenta paliar, con escondrijos subterráneos, el robo de estatuas oferentes de los más santos lugares.

- SMENDES, gobernador del Bajo Egipto, coetáneo de los anteriores. Otro libio, descendiente de aquellos otros y establecidos originalmente como prisionero-colono, en tiempos de Merenptah (XXª din.) en el Delta.

A la muerte de Ramsés XI y Herihor, la totalidad de la geografía recae sobre sus hombros. Smendes y su gobierno entiende y comprende la fragilidad de su autoridad: la practica titularidad de las fincas de cultivo Reales y sus operaciones comerciales -generadoras de riqueza- ya no las ostenta el Tesoro, sino los particulares, nobles y terratenientes que han adquirido los titulos de propiedad que el Tesoro se ha visto obligado a desprenderse para subsistir y mantener la amplia burocracia.

Las prolongadas etapas sucesivas no auguran mejoría: es preciso y urgente eliminar los privilegios y la actitud viciada y parasitaria que ha envilecido " el sistema ". Nada puede seguir funcionando sino se reconduce y depura la amplia burocracia. Estos primeros tiempos del III er. P.Int. son una transición asimilada a la necesidad de purgación y así transcurrirá la XXIª din. una transicion precisa para alumbrar la respuesta: la XXIIª din. que primeramente pretende eliminar el carácter hereditario y vitalicio de los cargos en las jerarquías. Ya no basta ser "el hijo del anterior... para acceder al cargo. El candidato ha de demostrar ser el más idóneo en la actitud revitalizadora de las Instituciones que ha emprendido la Corona.

Última edición por Ptahmés fecha: 07-10-2012 a las 22:06:17.
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