Hoy subo a cubierta a las cinco de la mañana, he decidido hacer fotos al amanecer. ¡¡¡Demonios!!! Todavía quedan mosquitos supervivientes, hago caso omiso de ellos, no soy la única ya hay uno en una de las hamacas leyendo. Supongo que como van a tocar diana a las seis y media para que podamos ver Kasr Ibrim alguno que otro subirá a coger sitio, que manía tiene la gente, además se suelen poner donde luego no se ve nada. Hago las fotos y me quedo un rato disfrutando la soledad y el paisaje, pero los mosquitos parece que se aburren y me toman cariño, decido bajar a desayunar
Desayunada y preparada, subo porque ya estamos llegando, mi guía me dice dónde ponerme para verlo mejor, le encajo el tele a la cámara. Ya estamos, nos acercamos al islote y mi guía me explica la cosa aunque no hay mucho que decir.
En los otros viajes el barco se movía y lo podíamos ver desde más ángulos, pero esta vez se queda quieto y por mucho que vayas de un lado a otro del barco ves más o menos lo mismo. Hace tiempo se podía visitar el islote, pero lo prohibieron porque había peligro de que lo que queda se viniera abajo.
Volvemos a navegar, la gente baja a desayunar y yo me quedo estudiando los apuntes de Abu Simbel. Sobre las once y media avistamos los maravillosos
templos, el barco se para en unos cuantos sitios para que podamos verlos bien y hacer fotillos, luego nos vamos al lugar de atraque.
Comemos en cubierta (como siempre) y el barco vuelve a navegar para ponerse frente a los
templos y que los podamos ver mientras comemos, es un detalle. A las tres y media comienza la visita, hay que desplazarse en barca, que rollo. Una vez en tierra toca subir las dos mil escaleras
ya está, la gente se entretiene por el camino porque tienen que formar los grupos y tal, mi guía y yo esprintamos como siempre. ¡¡¡¡Hala!!!!! ya estoy frente a Ramses y me quedo helada como siempre, que maravilla
Explicación fuera porque los guías no pueden entrar, esta vez tengo pocas preguntas que hacer, llevo mi block de notas y apuntaré si me surge alguna duda dentro.
El portero me hace mirar la llave y quiere que me haga una foto con ella, pero claro, yo no quiero
le dedico mi mejor sonrisa y me sumerjo en el
templo. No hay demasiada gente, de hecho es la vez que menos gente he visto allí. Me veo el
templo palmo a palmo, con mis apuntes en la mano lo estudio, y cuando ya no me queda ningún milímetro que mirar, saco la cámara del bolsillo y comienza la sesión de fotos, con cuidado para que no me vea el vigilante, no soy la única y nadie lo hace con flash así que todo bien.
Salgo del templo de Ramses, "
Meha", levitando como siempre, mi guía ha pegado la hebra con vigilantes del sitio, se me acerca y me explica el templo de Nefertari, nada que yo no supiera y un par de dudas que le planteo no sabe de qué le hablo...¡¡¡¡¡puuuuffffff!!!!
Bueno, me meto en el templo de Nefertari, ¡¡¡¡ahhhh!!! que gozada, que delicadeza de relieves, que belleza representada, que .... me lleno de magia, de la magia de la amada esposa de Ramses, lo vivo, lo disfruto, podría decir que incluso huelo los inciensos...Que bello templo, que bella historia, que arte en cada uno de los rincones donde miro
Salgo del templo de Nefertari y me siento frente a ambos, y es entonces cuando, como desde la primera vez que llegue allí, lo pienso y lo digo "
soy yo, yo, y estoy aquí.....Ramses Meriamon, el Toro Poderoso, he vuelto" o sea como una tonta total que casi se me caían las lágrimas (mentira, se me caían las lágrimas de verdad
) Y allí me quede, no se cuánto estuve, como me pasa siempre no me cansaba de mirar los templos, las representaciones, es que... estaba frente al faraón de hacia siglos, me sonreía y yo...no puedo describir lo que sentía, bueno si...me sentía pequeña...tan pequeña...
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