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El viaje se inició hacia las 10 am y nos fuimos Nilo abajo. Antes de zarpar me fijé que en la proa de las falucas habían pintados dos ojos protectores y es que quizás, en el ámbito de la superstición es donde más viva sigue la religión del antiguo Egipto.Fijaros en el detalle de las lágrimas de Horus.
El Capitán Hamami es un tío muy divertido y un poco ido, pero encantador. Nos explicó que entre los nubios no suelen hablar árabe, sino que hablan Kinsi y Fishiki y que él habla Kinsi. Por ejemplo, "gracias" en Kinsi es "gaserekonu. El nombre de Hamami es prestado de su pueblo, un poco más al norte de Kom Ombo, por lo que entendimos.
El Hamimi tiene un inglés aceptable, suficiente como para entendernos y se le ve un marinero muy experimentado. Una de las primeras cosas que llama la atención es que le faltan casi todos los dientes, nos explicó que hace años se precipitó desde lo alto del mástil y se pegó de morros contra el suelo.
Al poco de zarpar nos preguntó si fumabamos chocolate (de Sudán), que nos vendía una barra por 200 LE, pero nosotros rehusamos amablemente su oferimiento. Parece ser que es algo típico que ofrezcan chocolate en este tipo de trips.
Durante el viaje del primer día paramos a
ayudar a otra faluca que se había quedado varada en la orilla y luego paramos a comer en una orilla debajo de un puente.
A medida que pasaban las horas el viaje y los paisajes se hacían más interesantes y el Hamami nos parecía más divertido.
Lo más chocante fue cuando nos disponíamos a zarpar después de comer. Hamami estaba empujando la barca desde la orilla y jimi y yo estábamos cómodamente tumbados cerca del timón mientras la barca se iba adentrando lentamente en el Nilo.... hasta que oímos "HELP, HELP!!!", y no veíamos al hamami por ningún sitio, así que Jimi se acercó a la proa y vió al capitán agarrado de una mano a la barca y con la otra sujetándose el vestido mientras la barca se iba río abajo. Jimi lo agarro de esa mano y yo acudí rápidamente para estirarlo hacia arriba porque tenía medio cuerpo sumergido. Yo me reí mucho y el Hamami se cagó en todo en su lengua, pero vamos que menuda película si el capitán se llega a soltar y nosotros nos vamos con la faluca...fue muy bueno. Hamami nos dijo que el lecho del Nilo es muy cambiante y que había calculado mal la profundidad y de golpe y porrazo dio un paso y se quedó sin fondo y con la barca como único punto de agarre. Nos reimos mucho con esta anécdota.
A lo largo del trayecto vimos pasar muchas motonaves y alguna dahabiya. Que feas que son las motonaves y que ruido que meten XD!!, y las dahabiyas por lo que vimos y nos dijo Hamami casi nunca navegan y van tirando del motor.
Me gustó ver las barcas de pescadores y el sistema que tienen para atraer a los peces. Dan golpes en el agua con un bastón de madera.
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