Todo es más sencillo de lo que algunos puedan pensar. No hay que hacer complicados cálculos matemáticos, ni extrañas cábalas, ni nada parecido. Ni tiene uno que ser profesor de Universidad para explicarlo o para entenderlo, claro, que si alguien necesita complicadas ecuaciones para dar alguna credibilidad a lo que aquí digo, yo no puedo hacer nada. La verdad siempre es sencilla de explicar.
La Crónica de Nabonido, actualmente en el
Museo Británico, contiene un relato del propio rey de Babilonia en el que se detalla la conquista de la ciudad a manos del persa Ciro. Ya es notable que un vencido describa su propia derrota. Pero esta crónica, a la que le faltan algunas partes, no contiene un dato esencial: la fecha, el año en que babilonia fue sometida por los medos y por los persas. Entonces, ¿cómo es que todo el mundo acepta sin discusión el año 539 a.C. como el año de la derrota de Babilonia? Sí, porque ya sea que consultemos en Internet, o en enciclopedias, o en libros de historia, en todas partes veremos que todos señalan el año 539 a.C. como aquel en que la ciudad capital del imperio fue conquistada.
Todo se lo tenemos que agradecer a los griegos, mejor dicho, a las Olimpiadas que celebraban los griegos cada cuatro años ininterrumpidamente durante varios siglos seguidos. De estos famosos juegos de la antigüedad se llevó un registro exacto y riguroso, tan en serio se lo tomaban aquellos antiguos griegos que hasta interrumpían las guerras para celebrar los juegos. ¡Qué ironía que ahora no se haga eso! Pues bien, tanto el historiador Diodoro como el historiador Africano y el historiador Eusebio, los tres coinciden en decir que el primer año de Ciro como rey de Persia correspondió con la Olimpiada griega número 55 (560/59 a.C.), también coinciden en decir que el último año de Ciro coincide con la Olimpiada número 62 (531/30 a.C.). Partiendo de su último año como gobernante en activo retrocedemos los 9 años que gobernó sobre Babilonia y obtenemos la fecha indiscutible: año 539 antes de Cristo. Esto es así de claro.
Otros registros cuneiformes nos permiten saber que Babilonia fue conquista en la noche del 11 al 12 de octubre del año 539 a.C.. Pues bien, ya tenemos a Ciro como gobernante de Babilonia, y Ciro se encuentra con que en Babilonia estaban cautivos varios miles de judíos, contra los que no tenía ningún contencioso y que habían sido arrancados de su tierra de Israel varias decenas de años antes por los babilonios. Durante el primer año de Ciro, éste promulgó un decreto mediante el cual permitía el regreso a su país de origen a todos los judíos que lo quisieran, dicho decreto se puso en marcha en algún momento de su segundo año como rey de Babilonia (ver en la Biblia el libro de Esdras 1:1 al 4). Por lo tanto, si a partir del año 539 a.C. descontamos el primer año completo y el segundo año en curso de Ciro como gobernante de Babilonia, tenemos el año 537 a.C., y es a partir de aquí que iremos montando toda la cronología bíblica hasta el año 1513 a.C. que es cuando comenzó el éxodo de Israel según la Biblia.
Espero que de este modo no veáis como una cuestión de prepotencia la seguridad que tenemos muchos para señalar el año 1513 a.C. como el año en que Moisés sacó al pueblo de Israel de Egipto.