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Imagen tomada de 2.bp.blogspot.com
Cesareum / Autor: Don Dixon.
En Alejandría, cautivado de la grandeza de sus edificios, Octavio también dejará dispuesta su particular aportación arquitectónica.
Ordena concluir el inicial palacio de Julio César a modo de
templo de culto: el Cesareum.
Su privilegiada situación, junto al puerto "magno", frente a Pharos y la incorporación de dos obeliscos idénticos (trasladados a tal fin desde Heliopolis) que "brillan" por sí solos, mirando al mar, restituyen y honrarían debidamente la memoria del padre adoptivo de Octavio.
Al tiempo, los ingenieros edifican el Foro Iulium, un nuevo espacio que recuerda a sus homólogos en Roma. Y confiere al conjunto monumental preexistente la gloria, también divina, de sus actuales propietarios-dirigentes. Y cómo reto, Octavio ordena tallar un obelisco monolítico, de formas egipcias, de granito de Elefantina (Assuán) y erigirlo en el Foro. Así demuestra la eficacia y la capacidad romana de equipararse a todo el panteón de anteriores dioses, que los observan.
En Memphis, la faraónica gran capital egipcia, de inmenso y complejo puerto fluvial, las tropas romanas evitan el caos y se establecen fuera, en la orilla opuesta, donde construyen una fortaleza en piedra.
Piedra aportada de la re-utilización agresiva de la mampostería que integraba otros antiguos
templos faraónicos, desatendidos y abandonados, desmantelados de sus elementos más principales.
DENDERA - Capilla Pura - Wabet.
Construida en tiempos de Octavio.
En una bifurcación mítica del Nilo juntó a Bubastis, al norte de Memphis, las legiones reemprenden las tareas de habilitar un antiguo canal faraónico, que permitía enlazar con otros naturales, que a su vez, alcanzaban el Mar Rojo, junto al Sinaí.
Sabemos por sus biógrafos, que Octavio no asimilaba con agrado la adoración egipcia por ciertas deidades zoomorfas, como las vacas. Incluso conocemos de su rechazo a "visitar" el buey sagrado de Memphis, pero, en líneas generales, respetaría su compromiso y atribuciones religiosas como "faraón".
Sus propias iniciativas constructivas no fueron muchas, pero si contribuyó a finalizar y/o restaurar las obras ya emprendidas con anterioridad. Como gobernante benefactor, en los
templos de Esna, Kom Ombo, Philae y sobre todo en Dendera, figura el registro en piedra de su nombre y títulos.
Los
templos "salvados" de Debod y Kalabhsa, también registran en sus paredes la titularidad del Señor de las Dos Tierras con el nombre de Octavio.
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