[Tamar]

Voy a empezar a contaros mi sueño. Todo empezó la mañana del día 22 de agosto, había sido una noche de “vuelta y vuelta” apenas pude dormir repasando mentalmente el itinerario, vuestros posts , dando las gracias por encontrarme a la puerta de mi quimera y sobretodo por poderlo compartir con mi familia, que después de un “ mal año” se merecían el sueño mas maravilloso: Egipto.
A las diez de la mañana ya estaba camino del aeropuerto ( salíamos a las 13,30). Tenia el corazón acelerado, al llegar a la terminal A , veo a lo lejos un Sr. con una maleta que llevaba un gran lazo naranja..uff el corazón me dio un vuelco, un forero pensé, me acerco casi corriendo y le digo: Hola! Vas a Egipto no?
Me responde: Si
Y yo….: ¿que nik tienes?, yo soy Tamar ….
Ahí es cuando le vi la cara de sorpresa al hombre que me miraba con cara de : ¿ Y esta loca quien es? ( mas tarde nos fuimos encontrando entre columnas monumentos y templos)
Mi familia se partían de risa cuando escuchaban que el lazo era para distinguir su maleta de las otras y que no tenia ni idea de lo que le estaba hablando.
La coña duró todo el desayuno , que el mío fue escueto ya que no me pasaba nada.
Hicimos cola en el mostrador de mapa tours y facturamos las maletas … y al rato ya estábamos alojados en el avión Air Egipt . A las 13, 35h despegamos con una puntualidad sorprendente en los tiempos que corren. El vuelo, normal. El Lunch muy bueno ..arroz, verduritas carne, ensalada pastel de chocolate cocacola. Té. Y por cortesía del sobrecargo un vasito de zumo buenísimo. Hummmm me reconforto la comida y sobretodo me tuvo un rato entretenida de mis deseo de llegar.
Conversé con gente que mas tarde resultarían ser compañeros de aventura. Me levante para estirar las piernas y me acerque a la cabina del avión, pregunte si me permitían estar un poco en cabina ( de jovencita lo había hecho en muchas ocasiones, mi padre trabajaba en aviación) intuí que me dirían que no, y hasta me dio vergüenza haber osado pedirlo…pero el comandante muy educado me dijo que sí que no había problema. Desde allí, en primera fila vi por primera vez la gran extensión sentí algo especial…un nudo en la garganta un calorcito en el corazón y los ojos empañados.
Allí estaba el Rio sagrado. El Nilo de mis sueños, serpenteando entre tanta extensión desértica, agradecí la atención y corrí a mi sitio para compartir con mi familia la emoción que sentía, no despegábamos la cara de la ventanilla hasta que aterrizamos en Luxor.

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