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Predeterminado

EGIPTO: UN SUEÑO CUMPLIDO
(2ª y última)



------Dejamos Luxor con tristeza, desde la cubierta del barco observamos esta ciudad que nos ha acogido durante estos días, que decir, no creo que haya muchos lugares en el mundo como este-----

Remontamos el río de vuelta a Assuán. Aparecen las primeras dolencias estomacales, hemos respetado todas las normas, pero la otra noche, algunos de nosotros tomamos karkadé frío, y quizás fue lo que nos sentó mal, pero de todas formas fueron unos síntomas muy ligeros. Tenemos gente nueva en el barco, unos vienen y otros se van…nosotros ya nos consideramos unos veteranos…jajaja. Volvemos a parar en Edfú y Kom Ombo y aprovechamos para si cabe, disfrutar un poco más de estos lugares.

-----Estamos a jueves, ya casi hace una semana que estamos en Egipto, y esa noche ocurrió algo maravilloso: era nuestro aniversario de boda y a una persona del grupo se le ocurrió la idea de darnos una gran sorpresa; después de cenar, de repente, se apagan las luces del comedor, de la cocina salen tanto el jefe como los cocineros, el “sheik” con una tarta con velas, los cocineros con una especie de panderetas grandes, tocando una danza nubia y recorriendo toda la sala… pero de repente se dirigen hacia nuestra mesa y nos hacen levantar tanto a mi mujer como a mi, la celebración era para nosotros…¡¡vaya sorpresa!!. Nos hicieron levantar y tuvimos que bailar con ellos…sin palabras!!. Compartimos la tarta con toda la gente del comedor…fue algo muy emotivo y romántico que no olvidaré jamás. GRACIAS CARMEN.
-----Viernes, 3 de la madrugada, estamos en Assuán, hora de levantarnos para coger un avión que nos llevará a Abu Simbel. Recogemos nuestro picnic, y nos dirigimos al aeropuerto, allí nos espera un turbohélice. El viaje dura sobre 45 minutos, entonces era la única forma de llegar a Abu Simbel. Sin querer me senté en la parte izquierda del avión y eso me dio la oportunidad de ver los templos desde el aire, sin palabras…-----


Creo que uno no debe de perderse esta visita, ir a Egipto y no visitar este lugar, para mi sería imperdonable. Llegamos para ver amanecer, para contemplar como el color de las piedras cambia según recibe los rayos de sol. Los primeros occidentales que lo vieron fueron Burckhardt y luego Belzoni, que logró entrar después de liberar la entrada de la arena. Cuando el faraón Ramses II construyó el templo para intimidar a los pueblos del sur, los nubios, la verdad lo consiguió. Ver esas cuatro reproducciones de piedra de 20 metros de alto, imponen al cualquiera. En el interior las paredes representando la batalla de Qadesh, para más honra de este faraón.
Al lado el templo de su esposa Nefertari, dedicado a la diosa Hathor, con seis estatuas de 10 metros de alto, representando al faraón y a su esposa.
Tengo que decir que lo peor de la visita es el poco tiempo que dura, realmente es una visita fugaz, en nada acorde con las tarifas aplicadas, unos de los problemas de los viajes organizados es eso, los tiempos limitados que a mi juicio, te hacen sentir como en una marioneta de aquí para allá.

Aún no son las doce del mediodía y ya estamos de vuelta en Assuán. Aprovechamos para hacer las últimas compras: escarabajos, tabaco(Cleopatra), papiros,etc… Nos queda la tarde libre, y a última hora volaremos hacia el Cairo. Pero como todos los viajes tienen improvistos, al final acabamos llegando a los hoteles a la una de la madrugada….


-------He dormido muy poco, me despiertan los cláxones de los coches, salgo al jardín y se oyen por todas partes, los conductores usan pequeños toques de claxon para todo: aparta que voy, no cruces, te voy a adelantar, etc… es una auténtica demostración musical. Que decir tiene lo de cruzar las calles, amigos, se requiere gran habilidad y experiencia para sortear los coches sin que te atropellen, pero si no quieres quedarte en la acera…ya sabéis...valor y a cruzar. Hoy tenemos otra visita soñada: las pirámides. No entiendo porque los operadores de turismo no empiezan por El Cairo los tours, creo que el viaje debería realizarse cronológicamente a la historia y construcción de esta civilización.-----

El trayecto desde el hotel a Giza es corto, unos minutos, a lo lejos las pirámides sobresalen por encima del paisaje, nunca imaginé que estuvieran tan cerca de los edificios… la emoción nos puede y estamos deseando bajarnos para acercarnos a estas maravillas de la antigüedad. Entramos por la llamada ”avenida de las pirámides” y llegamos casi a los pies de la Gran Pirámide, Keops. Nos bajamos en la cara norte por donde se encuentran las dos aberturas, la entrada original y la “brecha de al-Mamun”, según parece este califa accedió a la pirámide abriendo esta vía, la cual es utilizada hoy en día como entrada para los turistas.
Desde aquí podemos observar toda la magnitud de estas increíbles obras de ingeniería, ahora las vemos, excepto la parte superior de la pirámide de Kefrén,
sin su recubrimiento, usado para levantar las murallas y las casas del Cairo antiguo. Nos acercamos a estos grandes bloques de piedra caliza y vemos su imponencia, para los primeros turistas subir a la cima de la gran pirámide era un deporte casi obligado, hoy en día tenemos que conformarnos con subirnos a unos cuantos y con mucha dificultad…
La visión de estas construcciones nunca dejará de sorprenderte por muchas veces que las veas. El autobús nos lleva por la carretera que baja entre las dos pirámides mayores, dejándonos la Esfinge a mano derecha, es nuestra primera visión de “ Aboul Hol(Madre terrorífica), llamada así por los egipcios. El grupo se dirige a la entrada que da acceso al recinto, pero yo, como hipnotizado no les sigo, me la quedo mirando extasiado, saco fotos, camino hacia la carretera, por cierto, me parece una aberración haberla construido…, camino sin apartar la vista de esta asombrosa construcción. Aquí me ocurrió algo emocionante: una mujer y su hija pasaban a mi lado, cuando ella, con gestos, me dijo que las fotografiara con la Esfinge detrás…es una de las fotos que guardo con más cariño.
Después de varias horas en el recinto de las pirámides nos llevan a la típica tienda de papiros, visita que parece imperdonable en cualquier viaje a Egipto…., donde te explican todo el proceso de la fabricación de un papiro. La planta del papiro era en la antigüedad el emblema del Bajo Egipto. Podían llegar a medir hasta seis metros de altura, esta planta se aprovechaba en su totalidad, pero se conoce sobre todo por ser el soporte para la escritura.


-----Se acaban las visitas programadas y hemos decidido visitar Saqqara por nuestra cuenta, nos dedicamos a buscar dos taxis, tomándonos nuestro tiempo para el regateo. Nos repartimos en los dos viejos taxis negros, decorados al estilo árabe: sobre le salpicadero, típica manta para protegerlo del sol, y lo mejor los asientos traseros embutidos en plástico, imaginaros nuestros pantalones después de sudar … nos dirigimos raudos y veloces por esta estrecha carretera donde los campos de cultivo y las palmeras son el paisaje predominante-----

Visitaremos la que dicen es la precursora de las grandes pirámides “ La Mastaba de Zoser” construida por Imhotep. Todo el mundo conoce las pirámides de Gizeh, pero si bajamos por el Nilo podemos observar en mayor o menor estado de conservación hasta casi cien pirámides.
Nos apartamos de la carretera principal y nos introducimos en un palmeral que nos lleva a la entrada del recinto, aquí se paga por persona y coche, ya que aún nos queda un trecho hasta llegar a la pirámide. Esta meseta desértica pero fascinante toma su nombre de la palabra árabe “sakhr” (piedra,roca). Saqqara es un enorme recinto donde se encuentran desde mastabas(tumbas funerarias de altos funcionarios) hasta pirámides. Nosotros nos dirigimos al recinto de Zoser, de forma rectangular y cerrada impresiona nada más verla, un gran mole, la primera construcción en piedra de la humanidad…te quedas boquiabierto. Su forma en escalera, era para que el alma del rey muerto pudiera subir hasta el cielo, para unirse a los dioses en la inmortalidad.
Entramos por un pórtico construido por columnas, fijaros en ellas, sus constructores posiblemente todavía no estaban seguros de que pudieran aguantarse, las fijaron a un muro. Según sales entras en un patio, todo el mundo se dirige hacia la pirámide pero no os perdáis la llamada cornisa de las cobras, según se sale de frente. A la derecha esta el patio donde se celebraba el llamada “Festival Heb Sed”, en el cuál el faraón realizaba unos ritos mágicos por los cuales recobraba el poder físico y espiritual para seguir gobernando el país. En la cara norte esta el llamado “Serdab”, una cámara sellada con una estatua del faraón en su interior (un copia, la original esta en el museo del Cairo), la cámara tiene dos agujeros, y como dice Jean P. Lauer “los agujeros no están para que miremos hacia dentro, sino para que el faraón mire hacia fuera, quizás hacia las estrellas del norte llamadas las Imperecederas porque nunca se ocultaban”. Increíble el trabajo y la dedicación de este hombre, Lauer, quién trabajó durante 68 años reconstruyendo este recinto. Subiros a alguna de las colinas artificiales y echar un vistazo de norte a sur, veréis un imagen espectacular de esta parte del desierto.



-----Volvemos al Cairo, Al Qahira(La Victoriosa), nos espera. La ciudad de las mil mezquitas y los cinco mil cafés. Todavía no hemos visitado la ciudad, esta tarde- noche en un tour organizado veremos: la ciudad de los muertos, el monumento a Sadat, cena en el Felfela y por último, visita al bazar de Khan el Khalili.-----

-----En su libro” El Cairo, la ciudad victoriosa” Max Rodenbeck menciona la siguiente historia perteneciente al libro de las “Las Mil y una noches”: en uno de los cuentos, un médico judío atiende a un paciente de Damasco quien le relata la historia de su vida. Le dice cómo siendo joven escuchaba extasiado a su padre y a sus tíos hablar después de las oraciones de los viernes. Se sentaban en círculo, relata, enumerando las maravillas de tierras lejanas. Entonces uno de sus tíos dijo, “los viajeros cuentan que no hay sobre la faz de la tierra nada más hermoso que El Cairo. Y su padre añadió, “quien no ha visto El Cairo no ha visto el mundo. Su polvo es oro; su Nilo, una maravilla; sus mujeres son vírgenes del paraíso con ojos negros; sus casas, palacios; su aire, templado; su olor supera al de la madera de áloe y alegra el corazón: y como podría ser de otra manera si es la Madre del Mundo?”
Después de oír esto, dijo, que pasó la noche suspirando, y tan pronto como se le presentó la ocasión se escabulló de su caravana y huyó hacia El Cairo.-----

-----Hay que decir que la ciudad no se encuentra en su mejor momento, pero seguro que resurgirá de sus cenizas como el Ave Fenix(Benu), lo hacía cada quinientos años. Estamos a sábado por la tarde y tenemos un tour guiado por la ciudad, no entraba en el paquete del viaje, pero al final nos apuntamos todos-----


El grupo ha aumentado un poco, con nosotros vienen un pequeño grupo de argentinos. Nuestra primera visita: la ciudad de los muertos.
Para un occidental la visión de gente viviendo en un cementerio no se comprende, Robert Solé habla en su libro Diccionario del amante de Egipto, lo siguiente----como dice Naguib Mahfuz en su libro Historias de nuestro barrio:
” Los días que íbamos a visitar a los muertos se encuentran entre los más bellos de toda mi vida. La tarde del día anterior preparábamos las galletas y dátiles que nos llevaríamos. Temprano, por la mañana, nos poníamos en camino. Yo iba andando entre mi madre y padre llevando las palmas y la albahaca; nuestra criada nos precedía con el resto de las ofrendas. Me encantaba el espectáculo de aquellas mareas humanas que se entrecruzaban. Desde lejos reconocía el pórtico de nuestro recinto funerario, del mismo modo que se reconoce a un amigo de antaño. Este lugar abierto bajo el cielo me embriagaba; ya no he conocido una alegría tal.”
El cementerio data del siglo X, durante la época de fatimidas, y hoy en día es un barrio más de la ciudad del Cairo. Apenas nos bajamos del autobús ya que parece que los occidentales o turistas no son muy bien recibidos. Es difícil saber cuánta gente vive aquí, se dice que son cincuenta mil personas…

Nos dirigimos ahora al Monumento a Sadat. En forma de pirámide esta erigido en el mismo lugar donde fue asesinado en 1981 por los extremistas en pleno desfile militar.

Toca cena y el restaurante es el “Felfela”. Restaurante típico y económico con una decoración muy peculiar, hay varios por la ciudad. Llamaba la atención ver a los cocineros trabajar casi en la misma entrada a la vista del público.

Para terminar unos de mis lugares preferidos en el Cairo,”Khan el Khalili”.
Es sábado por la noche y es increíble la cantidad de gente que se mueve por el bazar. El tour aquí incluye un té, chai, en el café, ahwa, más famoso de la ciudad: “El Fishawi”. Este local en parte debe su fama al escritor Naguib Mahfuz, ya que era un lugar de reunión de intelectuales. Últimamente es un autentico hervidero de turistas. Mientras tomamos el té somos asediados por los típicos vendedores ambulantes, sobre todo niños, y entramos en una pequeña batalla para ver quién consigue mejor precio, pero para eso tendremos tiempo mañana, domingo, día en el que visitaremos el bazar por nuestra cuenta.


-----Acaba este sábado quizá uno de los más ajetreados de todo el viaje, nos queda poco más de un día para terminar el viaje y no podemos evitar que un hilo de tristeza nos embargue.-----

Domingo, madrugamos ya que hoy lo dedicaremos a hacer visitas por nuestra cuenta. Hemos decidido separarnos en dos grupos de cuatro, haciendo las mismas visitas pero en distinto orden. Los chicos asturianos y nosotros nos dirigimos a nuestra primera parada: el barrio copto. Sorprende la tranquilidad y paz de este lugar, hacemos las visitas típicas: el museo, la iglesia de la Virgen María, y el monasterio de San Jorge.
Nos movemos hasta la llamada Fortaleza de Saladino o Ciudadela, construida por este en el siglo XII para defenderse de los ataques de los cruzados. Lo más destacado aparte de la mezquita de Mohamed Alí, es la fantástica vista que hay de la ciudad y las pirámides, casi debajo de las murallas podemos admirar varias mezquitas: Ibn Tulum, Sultán Hassan y la de Ar-Rifai.

Hemos decido ir ahora al museo, dejaremos para el último el bazar.
El museo del Cairo se parece mucho a la ciudad: aglomeración y caos controlado. A mí me gusta tal como es, si tuviera que ponerle una crítica sería la de la aglomeración pero de gente, pero luego es maravilloso ver tal cantidad de obras de arte en tan poco espacio. Lo importante es no intentar verlo todo, en mi opinión es mejor centrarse por áreas y en ellas elegir las piezas a ver, creo el mejor día para visitarlo es el viernes por la mañana. En ese año todavía podías hacer fotos cosa que hoy en día es imposible, vaya suerte poder disfrutarlas. Nada más pasar la verja de entrada entras en un jardín donde se encuentra la tumba de Auguste Mariette, auténtico salvador de muchos de los tesoros que aquí se encuentran. El museo tiene expuestas cerca de ciento cuarenta mil piezas…que barbaridad, verdad?, pero si os digo que el museo del Louvre tiene cincuenta y cinco mil piezas egipcias, que pensáis…enumerar las más importantes sería difícil, lo dejaré a criterio de cada uno. Sería muy difícil elegir alguna pero si tuviera que hacerlo elegiría una pieza del tesoro de Tutankhamón; el trono dorado.
Cuando se encontró en la tumba estaba como escondida detrás de otras piezas de menor valor, como si fuera introducida en la tumba a escondidas, y quizá fuera por la representación que hay del dios Atón en el respaldo. Creo que es una pieza maravillosa, no solo por el gran trabajo artístico realizado por los artesanos sino por el fuerte sentimiento de amor que refleja la obra, en el respaldo se puede ver a Ankhesenamón ungiendo con aceites perfumados a su esposo, él aparece sentado en el trono y ella de pié, los vestidos de ambos son de plata, siendo la base de la decoración de oro, una escena realmente bella una obra sin palabras. Nos vamos, salimos embriagados como borrachos, sin poder digerir todavía todo lo que hemos visto, por suerte tendría otras oportunidades para ver a más a fondo esta increíble cueva de las mil y una noches. Ahhh, en la tienda del museo, si podéis, compraros un libro de láminas de David Roberts, están genial.


-----la visita al museo nos ha dejado para el arrastre…nos vamos a comer algo ligero y luego el bazar, el taxista nos espera, por supuesto, cuando negociéis dejar bien claro la duración del servicio así como las visitas que queréis hacer y no le paguéis hasta el final del día-----

Llegamos a Khan el Khalili, el taxi nos deja en la plaza de Midan el Hussein, a un lado la mezquita de Al-Hazar y al otro la de El-Hussein, donde suelen parar los autobuses turísticos. Llevo una guía de bolsillo para hacer el típico recorrido, pero me despisto y en vez de dirigirnos a la zona de las puertas medievales vamos hacia el norte, ya nos parecía ya que no veíamos turistas… después de cogernos un cierto apuro, decidimos volvernos. Nos movemos despacio, nuestras cabezas se mueven a un lado y a otro, ya que todo lo que vemos nos asombra; cualquier profesión que te imagines hasta aquí, hombres, niños y mujeres fabricando, transportando todo tipo de objetos… hombres transportando barras de hielo, sacrificio de animales en plena calle, planchado de ropa usando los pies….si a nosotros nos asombra como se sentirían los viajeros del siglo XIV y XV, cuando la ciudad estaba en sus puntos de máximo esplendor. Es domingo y aunque el día festivo musulmán es el viernes hay muchas tiendas cerradas.
El bazar data del siglo XIV, y está dividido por zonas, la del oro, el cuero, el cobre, los perfumes, etc.… en muchos edificios en el bajo se encuentra el puesto de venta y en el rellano o piso están los talleres. Creo que hicimos pocas compras, nos dedicamos a recorrer los callejones estrechos y que tienden a ser como un laberinto, llenos de gente , tiendas y mercancías, estas se exponen en cualquier sitio, se transportan de diferentes maneras… es como volver atrás en el tiempo.
En la calle de Shari el Muizz hay varias mezquitas y allí nos sorprende la llamada a la oración del almuecín. La verdad, las primeras veces que las escuchas te impresionan y parece como si el cuerpo te pidiera pararte para escucharlas. Así es como empieza: “Alá es grande. No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta. Venid a la oración. Venid a la salvación. Alá es grande. No hay más Dios que Alá…”
Después de las mezquitas los cafés o ahwas son lo más extendido en esta ciudad, se cree que son cerca de treinta mil, a que parece increíble… nosotros nos dirigimos ahora a uno de los más conocidos por los turistas:”El Fishawi”.
Ya estuvimos la otra noche con el grupo, se encuentra muy cerca de la plaza de El Hussein, pero decidimos repetir la visita, la gente suele tomar el chai(té), fumar la shisha o narguile, infusiones de karkadé (hibisco), de erfa(canela),y también el café turco. Se dice que este local tiene más de doscientos años de antigüedad y que desde aquella no ha cerrado nunca…pero últimamente ha perdido mucho de su encanto debido a la gran cantidad de turistas que suele haber durante todo el día. Naguib Mahfuz también solía ir al Café Riche, en la calle Solimán Pachá, que ha reabierto sus puertas y puede ser otra buena opción al siempre abarrotado Fishawi.
Apuramos los últimos momentos y esta noche nos vamos al Mena House, los chicos asturianos están alojados allí. El edificio antiguo es impresionante, como otros hoteles de principio de siglo han construido unos edificios nuevos para alojar a los turistas, pasamos un rato en el salón árabe deleitándonos con su maravillosa arquitectura.


-----Nos quedan unas horas para abandonar este país, y creo que este primer viaje a colmado mis expectativas, a todos en mayor o menor medida Egipto nos ha atrapado, yo regresaré otras veces, pero la primera vez siempre te deja un “algo” que no sentirás en los demás. Me gustaría aprovechar la ocasión para saludar al resto de componentes del grupo: Marga, Carmen, Conchi, Miguel, Alejandro y Raúl. Algo que quiero destacar de este viaje fue la gran armonía del grupo, como dije al principio de este diario, algo imprescindible para un buen resultado final-----

Para terminar nada mejor que esta frase:

“Los antiguos griegos decían que quién bebe agua del Nilo no beberá de otra agua”
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