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Nhefertari Nhefertari is offline
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Predeterminado El principe predestinado

El príncipe predestinado





Dice la leyenda que había una vez un faraón y su esposa que llevaban mucho tiempo queriendo tener un hijo, un niño que llenase el palacio de alegría y sucediera al rey cuando llegase el momento, y no lo conseguían. Rogaron e hicieron ofrendas a todos los dioses, y al final los dioses tuvieron pena de ellos y los reyes tuvieron un precioso bebe.



Cuando las siete Hathors, acudieron como de costumbre a hacer sus profecías para el futuro del niño, la alegría que reinaba en el palacio se volvió tristeza y rabia, puesto que la profecía fue que el príncipe moriría a causa de un perro, un cocodrilo o una serpiente.



El faraón, decidido a salvar la vida de tan deseado hijo, ordenó construir un gran palacio en el desierto pensando que aislado estaría a salvo de todo mal. El príncipe pasó allí su infancia, pero, al crecer, el gran palacio se le antojó una pequeña cárcel.



Se sentía muy solo y le pidió al rey tener aunque solo fuera un cachorro que fuera su compañero. El rey meditó mucho, pensó y pensó y llego a la conclusión de que un pequeño perro no le haría daño a su hijo. El príncipe recibió su cachorrito y ambos se hicieron inseparables. Pero el príncipe seguía siendo infeliz de estar encerrado en el palacio, el quería libertad para ir y venir a su antojo, como todo joven desea. Y un buen dio, el príncipe decidió escaparse con su amigo el perro.



Llegaron a una ciudad en la que nadie le conocía. La princesa de Naharin, que así se llamaba la ciudad, también había pasado su vida aislada en una torre, no podría salir de ella hasta que uno de sus pretendientes consiguiese llegar hasta la ventana de un salto, como había ordenado el rey.



El príncipe consiguió este propósito para asombro de todos, y el rey, aunque estaba un poco mosca porque no conocía de donde había salido aquel chico, ni quien era su familia, ni cual su condición, no tuvo mas remedio que cumplir su palabra y casarlo con la bella princesa.



El príncipe y la princesa se contaron sus respectivas y solitarias vidas, y fue así como el príncipe le contó quien era y la profecía que las Hathors habían hecho a su nacimiento. Tras enterarse de esta amenaza para la vida de su amado, la princesa siempre estaba alerta y preocupada de que nada le ocurriera. Una vez mientras el príncipe dormía, una serpiente intentó morderlo pero ella la mato y el perro se la comió después.



Pasaron los años y un día el perro se volvió majareta e intentó atacar al príncipe, que para huir se tiró al rio, allí se encontró con un cocodrilo, pero este estaba muy cansado de luchar contra las aguas y le propuso no atacarle a cambio de que le ayudase a librarse del acoso del espíritu de las aguas. Fue así como los dos juntos vencieron al espíritu que atormentaba al cocodrilo y nuestro protagonista pudo salir ileso del agua.



Cansado de la lucha y sin preocupación por lo que pudiera hacerle el cocodrilo, el príncipe se tumbó a descansar en la orilla, pero su perro había dado con su rastro y, como seguía medio chalado, volvió a atacarle. En esta ocasión no vio la forma de huir y tuvo que matarlo.



Tras lamentar la muerte de su fiel compañero (bueno fiel hasta que le dio un chungo y quiso cargárselo), se puso a pensar, la princesa había matado la serpiente, el cocodrilo y él habían hecho un trato y ya no era una amenaza, y acababa de matar al perro, todo esto le hizo pensar que era libre, que había vencido al destino. Así que ya podía volver a su tierra, disfrutar de su libertad y, cuando llegase el momento, suceder a su padre.

La princesa fue a buscarle a la orilla del rio, él le contó lo que había decidido y ambos se pusieron muy contentos, reían y saltaban y bailoteaban de alegría ….



Y fue entonces cuando la profecía de las Hathors se cumplió, la serpiente había salido viva del interior del perro… y de un picotazo acabó con su vida.




Nadie escapa a las palabras premonitorias de las Hathors.

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Nefertari Merit en Mut
La Esposa Dulce de Amar hmt bnrt mswt. Aquella por la que el Sol Brilla
No estoy sola, después de todo, viviré eternamente…
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Estas 4 personas dan gracias muy sinceramente a Nhefertari por esta buena aportación o artículo: