Y... volví: dos años después. Amanecía en los acantilados, el sol empezaba a alumbrar la montaña donde siglos atrás, el faraón Hatshepsut, mi admirada Maat Ka Ra hizo edificar su
templo de millones de años. Los turistas no habían llegado aun, me aproxime, sola en la explanada del
templo, gozando de su vista, y de la soledad que se me ofrecía y entonces volví a oír la voz conocida, esa voz de dos años atrás, y a la vez, de miles de años a tras, que decía: "
Bienvenida a mi templo, amante de la milenaria cultura de los faraones, te esperaba. Estudia, contempla, aprende el esplendor del faraón Hatshepsut, yo, la hija de Ra, te doy la bienvenida".
Y entonces... el esplendor del
templo me envolvió, empecé a subir la escalinata, era yo... y allí estaba subiendo los escalones que miles de años atrás habían recogido las pisadas de una de las mas grandes mujeres de Egipto y de la única que tuvo la audacia de proclamarse faraón, subí a la tercera terraza (recientemente abierta) y allí... me encontré con ella, cara a cara con faraón, convertida en Osiris, pero tan bella como si hubiera lucido sus mejores galas.
Mi guía me dijo:
"¿te molesta el sol en los ojos?", pero no era el sol, mis lágrimas eran de alegría, por fin, por fin, podía contemplar su
templo, podía sentirme cerca de ella, aprender, disfrutar...
Y en cada rincón se oía su voz, la voz del Señor del Alto y Bajo Egipto, del Hijo de Ra , de la soberana e inspiradora del templo, de Hatshepsut ,de FARAÓN... "
Mi templo me ha sobrevivido, en el aprenderás sobre mi, alguien a quien quisieron borrar de la historia, a quien denostaron, a quien ignoraron, pero aun así, sigo aquí. Mi templo habla de mi a quien quiere escuchar, escucha mi voz, hija de Kemet, aprende de todo lo que aquí veas".
Y yo escuche y aprendí. Contemplé los frutos de su expedición al reino de Punt, aprendí de la representación de su mito de la Teogamia, la vi adorando a los dioses, gocé del templo de millones de años del faraón Hatshepsut, vi a su bella madre, Ahmose, acompañada de las diosas mientras se dirigía a dar a luz a la futura FARAÓN... mis ojos se llenaron de belleza y mi mente de conocimientos.
Ella, la incomparable Hatshepsut Khenemetamón (La primera entre las damas nobles, la que abraza a Amón), me estaba esperando desde la eternidad, para mostrarme su esplendor y su historia y yo, humildemente agradecida, fui feliz por aprender.
(
Las fotografías son de 2004, o sea que son mis diapositivas escaneadas, por eso se ven regular)
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